El PGA Tour vuelve a crecer en 2022 pero experimenta las primeras consecuencias de su guerra con el LIV Golf. El circuito estadounidense cerró el pasado ejercicio fiscal con un aumento del 19% interanual, lo que permitió elevar sus ingresos hasta 1.900 millones de dólares (1.758 millones de euros), según ha informado Sportico.
Estas cifras se alcanzaron en la que fue la primera temporada con la competencia del nuevo LIV Golf. Ello tuvo sus consecuencias porque el gasto judicial se multiplicó por diez en sólo un año pasando de alrededor de 2 millones de dólares (1,85 millones de euros) a 20,7 millones de dólares (19,15 millones de euros) a causa de los procesos judiciales contra los golfistas que se marcharon al LIV Golf.
Por otro lado, el pago total al comisionado del PGA Tour, Jay Monahan, se incrementó un 33% en un solo año pasando de 13,9 millones de dólares (12,8 millones de euros) a 18,6 millones de dólares (17,21 millones de euros).
El circuito perdió la pasada semana a uno de sus principales golfistas, el español Jon Rahm, que competir el próximo año en el LIV Golf. Asimismo, el PGA está en plenas negociaciones con Strategic Sports Group (SSG) para que coinvierta en el circuito.