La Serie A tiene un plan. Un plan maestro, con 12 puntos y 26 páginas, que tiene como objetivo recuperar su fortaleza en términos de negocio y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad económica de sus clubes. Entre las medidas planteadas, destacan la posibilidad de incorporar un tope salarial, como ya sucede en LaLiga, y ajustar el número de clubes profesionales, pero sin reducir a 18 el número de equipos en Primera, como quieren los grandes (Juventus FC, AC Milan, FC Inter y AS Roma), según apunta Calcio e Finanza.
Actualmente, en Italia hay 100 clubes profesionales, ya que también ostenta este rango la Serie C (Tercera División), compuesta por 60 equipos repartidos en tres grupos. Para la Lega –la gestora del fútbol profesional–, se ha de “repensar y elevar las exigencias de los equipos participantes en las ligas profesionales”, así como “revisar el número de ascensos y descensos en las diferentes ligas”.
Al respecto, los ya citados cuatro grandes equipos apuestan por reducir a 18 el número de clubes de la Serie A, alegando –como hiciera Francia para aprobar este cambio– que no existe tanto pastel (con los ingresos audiovisuales) para tantos comensales. Además, estos equipos recuerdan que el incremento de partidos europeos tras la reforma de la Champions puede tensionar sobremanera los calendarios y los riesgos de lesión de los futbolistas.
Por el contrario, los otros 16 equipos, unidos en la idea de no reducir plazas, aseguran que quitar dos equipos a la máxima categoría traería una reducción del valor de la televisión, que, de inicio, tendría menos partidos para ofrecer, entre otros aspectos. En la parcela de las competiciones, la Serie A también trabaja en la posibilidad de replicar para la Coppa Italia la idea de la NBA con su in season tournament.
Otro de los temas en discusión en Italia es la multipropiedad. En el país transalpino hay empresarios que son dueños de un equipo de la Serie A y otro de la Serie B o Serie C. Claudio Lotito, propietario de la SS Lazio, tuvo que vender in extremis la Salernitana cuando este último ascendió a la élite. Y Aurelio De Laurentiis controla a la vez el SSC Napoli y el SSC Bari (Serie B).
Para poner fin a este conflicto de intereses, la Federación Italiana de Fútbol (Figc) decidió que se prohibiría la multipropiedad en 2024, pero una apelación del napolitano permitió alargar el inicio del veto a 2028-2029. Ahora, la Serie A plantea avalar este sistema con algunos mecanismos que aseguren la sostenibilidad de los ‘segundos equipos’ y en favor del talento joven.
Recuperar el patrocinio de apuestas y mayor independencia
Por otro lado, la liga italiana apuesta, como ya pide LaLiga, por desligar a los árbitros de la Federación. Y en este sentido, considerarlos profesionales en términos legales y de contrato. Asimismo, la Lega exige una mayor autonomía, tanto respecto a la Figc como al Gobierno. Entre sus peticiones están poder recaudar un porcentaje del negocio de las apuestas y que se levante el veto a los patrocinios ligados al sector del juego, algo en lo que el país se adelantó a España introduciéndolo ya antes de la pandemia. Y más reciente es el roto que le supondrá a la Serie A el fin de las ventajas fiscales de las que gozaba para fichar futbolistas extranjeros. Esta medida también pide que se elimine dentro de su nuevo plan maestro para el calcio.
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