La NHL y la NBA encaran la nueva ola de la pandemia con estrategias contrapuestas. Por un lado, la liga de hockey hielo ha decidido cancelar desde hoy hasta el 25 de diciembre todos los partidos. Por otro lado, la liga norteamericana de baloncesto se muestra férrea en su intención de continuar la temporada sin parones y anuncia que está preparando planes de contingencia para superar esta situación.
De esta forma, la NHL se convierte en la primera liga de los Estados Unidos en detenerse en esta fase de la pandemia. La decisión ha sido consensuada entre la liga profesional de hockey y la asociación de jugadores debido a los numerosos casos que hay en las plantillas de la mayoría de las franquicias. Una situación que se alcanza tras la expansión de la variante Omicron que se está tornando en dominante en Norteamérica.
El objetivo de esta decisión es evitar la suspensión definitiva del campeonato y poder continuar con la temporada sin que haya brotes entre los equipos participantes. Previamente, la NHL había cancelado los partidos entre equipos estadounidenses y canadienses y hasta 9 de las 32 franquicias participantes habían cesado su actividad en Navidad debido a los brotes existentes en sus plantillas.
La NBA en cambio, opta por enfrentarse al virus y convivir con él. Así lo ha comunicado el comisionado de la liga, Adam Silver, tras las amenazas de suspensión que sobrevolaban las canchas de baloncesto por el aumento de contagios. Silver ha afirmado que “el virus no va a ser erradicado, tenemos que convivir con él”.
Para ello, la liga prepara un plan de contingencia para superar los estragos de la Covid-19. Hasta el momento se han aplazado siete partidos, cifra que puede ir en aumento en las próximas horas y que puede poner en duda la esperada jornada de Navidad.
Adam Silver ha explicado en una entrevista a ESPN que no van a interrumpir la temporada y que confía que es la mejor decisión para la resolución final de la temporada. Pese a ello, ha explicado que “la variante Omicron es absolutamente dominante” ya que el 90% de los casos entre jugadores proceden de la variante sudafricana.