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La NCAA aprueba que los atletas puedan recibir ingresos por el uso de su nombre e imagen

La comisión de la liga universitaria estadounidense había ido posponiendo la decisión a pesar de que cada vez más legislaciones estatales fallaron en contra del concepto atleta-estudiante. Se trata del mayor cambio en la historia de la organización.

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Punto y final a más de 115 años de amateurismo en la NCAA. El consejo de la liga universitaria estadounidense ha votado finalmente a favor de que los deportistas puedan recibir ingresos por el uso de su imagen y nombre, entre otros activos comerciales, según ha indicado en un comunicado.

La decisión se había ido posponiendo en las últimas juntas del consejo. Se produce después de que la organización fuera denunciada por diversos atletas por lucrarse a través de la utilización de su imagen. La presión, cada vez mayor, había llevado a 19 estados a prohibir el concepto de estudiante-atleta bajo el que siempre se ha amparado la NCAA, incluidos gigantes con gran influencia en el sistema como Texas y Florida. Al menos otra media docena está tramitando leyes similares.

“Es un día importante para los atletas, ya que tendrán más oportunidades por su imagen, nombre y otros activos”, ha destacado Mark Emmert, presidente de la NCAA. Actualmente el sistema universitario se compone de 460.000 atletas de todas las disciplinas, que compiten a través de tres divisiones en función de su nivel.

Asimismo, se permitirá que los deportistas firmen contratos con agentes siempre que se informe a las universidades tanto de este como de otros acuerdos comerciales, como los patrocinios. Serán los centros educativos “los responsables de determinar si esas actividades encajan dentro de la ley de cada estado”, se indica en el documento.

Algunas, como Indiana University, ya se han adelantado y han emitido un comunicado asegurando que “los atletas podrán ser contactados de forma directa a través de diferentes vías para discutir posibles acuerdos comerciales. Otras, como Stanford, también han asegurado que apoyarán estos programas para toda la comunidad educativa, no solo los que representen a los Cardinals (su equipo).

Firmar acuerdos comerciales, sin embargo, no implica hacerlo sin restricciones. Florida y Texas han limitado que compañías del sector del juego y otras industrias puedan estar presentes. Otros no permitirán lucir publicidad comercial en las equipaciones.

La decisión de la NCAA se produce tras perder la batalla judicial y la política. Meses atrás trató de acudir al Capitolio para defender su monopolio en el Congreso y sacar adelante una ley estatal que aportara “claridad a un nivel nacional”. Se pretendía así evitar el goteo de leyes federales en contra del amateurismo.

Semanas atrás perdió otro sonado caso. La Corte Suprema de Estados Unidos votó por 9 votos a 0 que la NCAA estaba violando las leyes de competencia al establecer los límites relacionados con la educación y los beneficios que las universidades pueden proveer a los deportistas. “La NCAA no está por encima de la ley, y sus argumentos de no pagar a los atletas por ser estudiantes tienen una etiqueta inocua que no puede disfrazar la realidad: su modelo sería ilegal en casi cualquier otra industria de Estados Unidos”, se destacaba en el informe.

En este caso no hacía referencia a obtener ingresos directos, como ahora ha votado la NCAA, sino a otro tipo de compensaciones que los atletas pudieran recibir de las universidades más allá de la beca de estudios. A partir de la próxima temporada, los centros podrán ofrecer compensaciones económicas, regalos y cualquier tipo de aportación siempre que esté vinculada directamente con la educación, otra práctica hasta ahora prohibida.

El modelo del amateurismo universitario ya estaba en jaque en los últimos años. La NBA cambió la regulación para bajar el límite de edad y potenció la G-League para ofrecer contratos de hasta 125.000 dólares a jugadores que no pasen por la liga universitaria.

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