El ecosistema del tenis internacional, tal y como se conoce, podría cambiar el próximo año si los Grand Slams consiguen hacerse con el control de los Masters 1000. Actualmente, la ATP es la encargada de realizar los nueve torneos de este rango; de perderlos, se quedaría únicamente con la gestión de las competiciones ATP 250, 500 y las Finales.
De salir adelante esta nueva iniciativa, se espera la entrada de un décimo Masters 1.000, que se jugaría en Arabia Saudí antes del inicio del Abierto de Australia en enero. Esto aseguraría la supervivencia de los torneos de Madrid y Miami, que se vieron envueltos en los rumores de que Arabia Saudí podría intentar hacerse con la licencias de los mismos.
El objetivo de esta medida es una mayor homogeneización de los torneos, sin el cambio de pelotas semanales que se produce, así como un mayor reparto de premios y un descanso mayor para los tenistas.