El Mundial 2030 ya está aquí. España organizará, junto a Portugal y Marruecos, un nuevo Mundial de fútbol, casi medio siglo después. El campeonato supondrá, entre otros aspectos, un boom para la economía española y, particularmente, para la industria deportiva. Sólo en construcción y/o mejoras en estadios de titularidad pública se estima una inversión de 750 millones de euros. Ciudades como Zaragoza, Málaga y Gijón –y sus respectivos clubes de LaLiga– están muy pendientes de si salen elegidas para ligar esta financiación a un evento que puede rentabilizar casi cualquier gasto. Aunque en su caso, el terreno es privado, el Valencia CF también tiene con el Mundial un aliado para desenredar el acuerdo con el Ayuntamiento para finalizar la construcción del Nuevo Mestalla.
El Gobierno central ya informó hace un año de las grandes cifras de traer el Mundial a España. El Ejecutivo de Pedro Sánchez cifró entonces en 1.433,2 millones el coste de organizar el campeonato, aunque se incorporaba en la ecuación a Portugal. Ahora, probablemente, el número crezca con la entrada de Marruecos.
En el desglose, el dinero para infraestructuras deportivas alcanzaría los 750 millones, a los que se sumarían otros 683,2 millones en gastos de organización. Las cifras quedan muy lejanas de los más de 200.000 millones de euros que costó la última Copa del Mundo celebrada en Qatar o de los cerca de 15.000 millones de la edición de Brasil 2014.
En cuanto al retorno de esta inversión, la previsión del Gobierno es que el Mundial de 2030 tenga un impacto de 5.120 millones de euros en el PIB español y otros 1.000 millones de euros en el de Portugal. Por otro lado, se prevé crear más de 82.513 empleos a tiempo completo en España, el triple que en el país vecino (26.000).
Según este estudio, por cada euro invertido en el evento se generarán 4,28 euros al PIB y 1,32 euros de ingresos fiscales. Asimismo, en el plano turístico se espera un gasto superior a los 5.500 millones de euros que se repartirá por todo el territorio nacional gracias a la presencia de diversas sedes y subsedes. En Qatar 2022, y pese a disputarse en invierno, llegaron 1,4 millones de visitantes extranjeros.
Al respecto, un reciente informe de KPMG para LaLiga destacaba la influencia del fútbol profesional en la generación de empleos indirectos y en elevar la economía de varias industrias. En su caso, y extrapolable a lo que generaría para una ciudad sede de un Mundial de fútbol, se apuntaban siete sectores como los principales beneficiarios: turismo, cultura, ocio, publicidad, comunicaciones, servicios de edición y deporte. “El sector (del fútbol profesional) sigue creciendo sosteniblemente. Es importante el empleo inducido en muchas familias”, recordó Javier Tebas, presidente de LaLiga, en la presentación del informe.
Subvención de 7,5 millones a la Rfef para la promoción del Mundial
“Además, la candidatura debe servir para poder disponer en España de un gran centro de entrenamientos de la Selección Española de fútbol masculina y femenina del mismo modo que todos los países de nuestro entorno, como son Francia, Portugal, Alemania, Inglaterra, etc.”, señala el documento gubernamental.
En este objetivo, el Gobierno ya aprobó el pasado año destinar –vía Consejo Superior de Deportes (CSD)– de 7,5 millones a la Real Federación Española de Fútbol (Rfef). ¿El objetivo? Potenciar la candidatura española a través de actividades como la celebración de encuentros y eventos en España y el extranjero.
Entre los proyectos: crear una oficina técnica para la coordinación de eventos; apoyar la difusión de las iniciativas a través de los medios de comunicación e invertir en el desarrollo de las infraestructuras necesarias destinadas a centros de entrenamiento y tecnificación de las selecciones nacionales y autonómicas. También, habrá una partida para brindar de soporte tecnológico a la organización.
Las sedes, capítulo aparte
La elección de las sedes es otro de los elementos de mayor trascendencia en un Mundial. Ser ciudad mundialista deja un impacto económico y un legado que va más allá del mes de duración del torneo. No sorprende, por tanto, la lucha existente entre los clubes y las administraciones locales por formar parte del evento.
En total, la inversión prevista para poner a punto los potenciales estadios españoles del Mundial supera los 3.000 millones de euros, a tenor de los proyectos de reforma que se han desarrollado en los últimos años en muchos de los clubes de LaLiga. La mayoría, con el impulso de CVC, a los que se suman el Espai Barça y el Nuevo Bernabéu.
La Real Federación Española de Fútbol (Rfef) anunció en 2022 una prelista de 15 estadios candidatos, de la que, en un principio, cuatro de ellos iban a quedarse por el camino. Sin embargo, la inclusión de Marruecos en la candidatura y la celebración de los partidos inaugurales en Argentina, Uruguay y Paraguay, podría aumentar el número de descartes.
Si bien todavía se desconoce el número concreto de estadios españoles en los que se disputarán partidos en el Mundial 2030, sí que se sabe que la propuesta de España incluía 9 estadios de clubes que hoy compiten en LaLiga EA Sports, tres de LaLiga Hypermotion y dos de Primera Federación. En el primer caso, destacan el Santiago Bernabéu, el Spotify Camp Nou, el Cívitas Metropolitano, el Nuevo Mestalla, el Reale Arena, San Mamés, el Abanca Balaídos y el Estadio Gran Canaria, con sólo este último pendiente de una reforma que la UD Las Palmas reclamada desde hace años. A ellos hay que sumarle el Estadio de La Cartuja de Sevilla, sede de la pasada Euro 2020 y que alberga desde hace unos años las finales de Copa del Rey.
Entre los estadios de clubes de Segunda se han presentado La Romareda (Real Zaragoza), El Molinón (Real Sporting) y el Stage Front Stadium (RCD Espanyol). Y fuera del fútbol profesional, los candidatos son La Rosaleda (Málaga CF), donde se contempla invertir hasta 120 millones de dinero público, y la Nueva Condomina (Real Murcia).
Entre las inversiones de mayor calado, la reforma del Bernabéu, que está en pleno proceso de obras y no va ligada directamente al Mundial, costará finalmente cerca de 1.000 millones de euros. Por su parte, el Espai Barça contará con una inversión de 1.500 millones de euros. De ellos, el nuevo Camp Nou supondrá un coste de 900 millones. El Cívitas Metropolitano, San Mamés o el Reale Arena son nuevos y no necesitarán de grandes reformas.
En el sur, en La Cartuja no se espera ningún proyecto de reforma más de cara al Mundial, después de que la instalación se pusiera a punto para la Euro 2020. Entonces, la Junta de Andalucía destinó tres millones de euros en casi una treintena de mejoras dentro del estadio. Y en Málaga, La Rosaleda contempla crecer hasta los 40.000 asientos para adecuarse a las exigencias de la Fifa.
Por último, en Zaragoza hay un proyecto de 150 millones para una nueva Romareda, y en Gijón, de ser elegida sede mundialista, se invertirían 40 millones en mejoras en El Molinón, el doble que el coste de reformar el Estadio Gran Canaria.
