La Asobal necesita “pasar de pantalla”. Esta fue una idea común que sobrevoló en las diferentes reuniones que mantuvieron los grandes clubes del balonmano masculino español con el Consejo Superior de Deportes (CSD) en el último año. Encuentros que fructificaron la semana pasada en la presentación de un informe con el que, si nada se tuerce, le permitirá recibir el estatus de liga profesional este mismo verano. Así, los equipos tendrán tiempo suficiente para preparar el tedioso protocolo que requiere la conversión y apuntalar los cimientos de una renovada liga, gestionada 100% por los clubes y que proyecta casi triplicar su negocio en 2026, según ha podido saber 2Playbook. Pero, ¿cómo pretende la liga pasar de generar unos ingresos de 1,5 a 3,8 millones en apenas cuatro años? A continuación, las claves.
La primera, y más relevante, la libertad de movimientos. “Vivir como alquilado te impide poder crecer a largo plazo”, asegura Fernando Corral, secretario general de Asobal. Antiguo miembro del Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD), el experto trabaja para la patronal desde hace dos años, y considera clave el fin del convenio con la Real Federación Española de Balonmano (Rfebm), por lo que los contratos no tendrán que pasar por el regulador. Con ello confían en sumar socios y desarrollar un plan de revalorización del producto acorde a lo que buscan los clubes de la élite. Alemania (2003) y Francia (2004) le llevan dos décadas de ventaja en este camino de la profesionalización. La crisis de 2008 fue un gran golpe en ese reto.
Más tarde de lo deseado, la liga arranca un plan donde, como es habitual, tres patas serán claves: televisión, patrocinios y cuotas de los asociados. En la pata de negocio principal de la competición, los derechos audiovisuales, el primer gran paso es “poder emitir el 100% de los partidos ya a partir de la próxima temporada (2022-2023)”, apunta Servando Revuelta, presidente de Asobal.
El máximo dirigente de la competición avanza que se está trabajando ya en modificaciones para hacer más “atractivo el producto”. Cambios que permitan firmar “alianzas estratégicas tanto en lo relativo a la difusión como para el evento físico”. Ahí se suman aspectos relativos a la imagen (luces LED), mejora de las instalaciones, planes de comunicación y, también, a un mayor uso de la tecnología y las nuevas tendencias digitales (NFT, fan tokens). Aquí, el plan inversor contempla unas necesidades de un millón de euros que se irán desarrollando de forma paulatina en las próximas tres temporadas.
“Queremos hacer llegar a todos los agentes que tenemos un producto que se diferenciará, con un valor añadido por ser profesional. Después, desde la asociación, trataremos también de que los clubes tengan una transición suave”, agrega Revuelta.
Con todo ello, la proyección de la competición es que, a cierre de 2025-2026, ya sólo la televisión duplique los ingresos totales que hoy percibe. El objetivo: acabar comercializando un tender valorado en 2,5 millones de euros por temporada, frente al millón de euros que recibe actualmente por su contrato con LaLigaSports TV, que se mantendrá en vigor hasta el próximo curso. La audiencia acumulada de Asobal superó los 5 millones de espectadores entre 2017 y 2021, donde se suma el share de los encuentros televisados en GOL y las cadenas autonómicas y locales. Sólo en 2020-2021, empujado por el cierre de los pabellones, vieron la liga más de 2 millones de personas por televisión u online.
Tras la tele, que coparía dos tercios del presupuesto, la publicidad también deberá dar un notable salto respecto a los cerca de 300.000 euros que aporta hoy. La Asobal busca un main sponsor fuerte para sustituir a Sacyr que, apoyado en otros patrocinadores y proveedores menores (actualmente suma ocho), le permita más que duplicar esta partida comercial, dejando como pata menor la relativa a la cuota que abonan los afiliados por participar en la competición.
¿Qué supondría alcanzar este reto? Pues, mirando a la vecina Francia, una potencia mundial como liga y hacia donde parten cada año jugadores españoles desde Asobal, acercarse a los 5,5 millones que actualmente factura la competición gala (LNH). En ese camino, la asociación reconoce que deberá aumentar su plantilla de profesionales, limitada en estos momentos, y sumar especialistas en áreas como el marketing, legal o compliance.
Desde la Asobal apuestan por trabajar “mucho más” en la producción y la realización. Cuando sea nombrado oficialmente como liga profesional, la patronal negociará “ya con otras condiciones” la venta de los derechos audiovisuales, donde está en la pole LaLiga, “junto al CSD, nuestros dos grandes apoyos durante la pandemia”, destaca Revuelta. Con LaLigaSportsTV, mantienen un acuerdo al que le resta un año y que se respetará en mismas condiciones, igual que los que posee la Rfebm con Rtve (Teledeporte) para las competiciones de clubes que están bajo paraguas de la federación.
Hay interés en renovar con LaLiga y mucho interés tendría que mostrar otro operador para que cambiemos”, reconoce Corral. Entre las cosas que se están hablando en las reuniones con LaLiga, que, si no emite con su OTT la totalidad de los partidos, la Asobal se plantea costear la producción de dichos encuentros para que puedan difundirse a través de otras cadenas, como pueden ser televisiones locales o autonómicas.
LED, pabellones y normativa uniforme
Para que la competición realice esta apuesta, la propia gestora reconoce que será más exigente con sus clubes para que apoyen la revalorización del producto. Hoy, apenas tres pabellones cuentan con LED, y es algo en lo que se trabaja ya para ampliarlo a los 16 pabellones; probablemente, con un socio. Lo mismo, con los videomarcadores o diversas innovaciones tecnológicas que se puedan introducir en los pabellones.
Los pabellones se han auditado y, cuando se conozcan los resultados, los estatutos recoge un proceso de hasta tres años para que los equipos afronten reformas que les permitan cumplir con una nueva normativa que será uniforme. Una medida que se asemeja a la que ya exige LaLiga a los recién ascendidos para garantizar, entre otros aspectos, el valor de sus derechos audiovisuales.
Si se toma como referencia a la Lnfs, la oleada de inversiones que provocó ese esfuerzo audiovisual se situó en operaciones que fueron desde 3 millones de euros en reacondicionamientos de un recinto, hasta la construcción de nuevas sedes por más de 17 millones de euros, siempre con el apoyo de la Administración.
También servirán las reformas para la mejora de las zonas de hospitalitys, o la creación de las mismas, para atender a patrocinadores de la liga y apoyar el incremento de ingresos por patrocinio de los clubes. Ahí también la digitalización de la publicidad es un punto a tratar, ya que la asociación apuesta por la implantación de la U televisiva en todos los recintos. La liga será “estricta” con esto, con amenaza de multa para los clubes que incumplan la reglamentación.
Un control económico “más exhaustivo”
En lo relativo al control económico, la Asobal cuenta a día de hoy con una comisión que realiza un control económico de las finanzas de los equipos. Sin embargo, la intención de los clubes de élite es incrementarlo. “Seremos más exhaustivos”, reconocen desde la gestora. Y eso significa la obligatoriedad de ser auditados. A lo que no se obligará es a la conversión en sociedad anónima deportiva (SAD), un requisito suprimido de la Ley del Deporte y que era uno de los principales frenos para que los clubes iniciaran este camino, pues exigiría buscar inversores que aportaran capitales mínimos de más de medio millón de euros.
Lo que sí se plantea la imposición de un presupuesto mínimo para competir profesionalmente -clave para la retención del talento y la profesionalización de estructuras- y modificar el cálculo del canon de entrada a la liga. Hasta la fecha se establecía con la división del resultado (de los fondos propios) en las cuentas auditadas de Asobal entre el número de clubes participantes en la competición.
La Asobal se plantea imponer un presupueto mínimo a los clubes, que crecerán en estructura
En la última temporada con ejercicio cerrado (2020-2021), los clubes de la competición movían un negocio de 17 millones de euros, donde el transatlántico FC Barcelona copaba la mayor parte. Ahora bien, en términos estrictos de generación de negocio, éste ronda actualmente los 6,6 millones de euros y está muy apalcancado en el patrocinio. Uno de los retos de la competición ahora con el profesionalismo se encuentra en la sostenibilidad del gasto: no en vano, el 70% se va en plantilla deportiva (12 millones).
El CSD cifra sobre los presupuestos de esa temporada afectada casi al completo por la pandemia que la media de ingresos se situaba en 575.000 euros, eximiendo de la suma al Barça. Rozando el millón de euros se situarían tres más.
Ahí reside un último punto clave en este proceso. “Contamos ya con un convenio colectivo con la asociación de jugadores”, recalca Revuelta. Los deportistas perciben el salario mínimo interprofesional. A pesar de que el gasto en sueldos se ha cuadruplicado desde 2017-2018, la liga cuenta todavía con 54 jugadores contratados a tiempo parcial (de 243 del cupo principal). “Si eres liga profesional, no has de tener ni uno”, apunta Corral.