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Más allá de la Super Bowl: cómo es el negocio centralizado detrás de los play-offs de la NFL

La NFL es la liga norteamericana que mayor control tiene sobre los ingresos en postemporada. Se queda casi la totalidad del ‘ticketing’ de las franquicias y lo redistribuye a partes iguales como parte de los 365 millones anuales que recibe cada equipo.

San Francisco 49ers

Jaume Medina

Cada año hay un titular que se repite en el universo del fútbol americano, y es el de cuánto pagan las marcas por emitir un anuncio durante la Super Bowl. El partido por el título de la NFL genera  expectación y negocio, pero no es más que la punta de un iceberg en el que los play-offs generan buena parte de los ingresos. La NFL ha apostado por un modelo mucho más centralizado que en otras ligas norteamericanas y que, a cambio de diluir el peso de las franquicias, les aporta cada año unos 400 millones de dólares (365 millones de euros). Pero, ¿qué claves explican el negocio derivado del road to Super Bowl y cuánto dinero se quedan las franquicias?

Se estima que la NFL facturó 19.000 millones de dólares en 2022 (17.352 millones de euros), un 26% más que en 2019, cuando los play-offs aún no se habían ampliado a 14 equipos. Ya entonces se preveía que se generarían 150 millones de dólares extra (136 millones de euros) como resultado de esta ampliación. El objetivo de la liga es alcanzar un negocio de 25.000 millones antes de acabar esta década, según ha insistido en numerosas ocasiones su comisionado, Roger Goodell. 

El modelo económico de la NFL se basa en la redistribución de la riqueza. Los ingresos se dividen a partes iguales entre los 32 equipos. La partida principal es la televisiva. La liga reparte a las franquicias el 50% de los ingresos audiovisuales, que en 2022 vendió por más de 110.000 millones de dólares a Amazon, CBS, Disney (ESPN y ABC), FOX y NBC. El 50% restante se reparte entre los jugadores. El reparto audiovisual puede suponer hasta dos tercios de la facturación total de las franquicias. Los Packers son la única cotizada y a partir de la que se saca el reparto anual de la NFL. El año pasado recibieron 374,4 millones de dólares (341,9 millones de euros), equivalente al 61% de sus ingresos. Aunque el reparto es equitativo, sí hay incentivos por alcanzar play-offs, Super Bowl u otros indicadores deportivos. 

La NFL ha promediado 17,9 millones de espectadores por encuentro durante la fase regular

Sin embargo, el modelo de la NFL para los play-offs es muy diferente al de otras grandes ligas. Este es el momento cumbre del ticketing, en el que los equipos venden más entradas y a mayor precio. Sin embargo, en liuegar de que cada franquicia se quede con los ingresos directos que genera, la práctica totalidad de las ventas se ceden a la NFL como gestora, que posteriormente lo redistribuye. De esta forma logra que los presupuestos no se vean fuertemente condicionados por un mal año deportivo en el que la franquicia no haya logrado el objetivo de entrar en play-offs. Así, también se reduce la dependencia de variables tan volátiles como el ticketing, que normalmente están sujetas al rendimiento deportivo o factores que pueden escapar a la previsión y control de los equipos, dotándolos a las franquicias de más estabilidad. 

Los ingresos de la taquilla están centralizados se redistribuyen en dos partidas. La primera se utiliza para cubrir los costes de desplazamiento y de operativa de equipos locales y visitantes los días de partido. La parte mayoritaria se incluye en el reparto anual a las franquicias junto a la televisión y otras partidas. Los equipos sí se quedan la totalidad de los ingresos que logran por las concesiones en el estadio, como el parking, restauración y otros servicios, que les aportan entre uno y dos millones de dólares por partido. 

No en todas las ligas se emplea este sistema. De hecho, esa centralización del ticketing es la principal diferencia. Actualmente la NBA se queda con un 25% de los ingresos por taquilla de los play-offs, frente al 45% que se quedaba anteriormente. La NHL asume (para luego redistribuir) un 65%. Los equipos de la MLB sólo pueden sacar provecho durante la postemporada a través de una larga serie de play-offs en las dos últimas rondas, cuando los precios de cada entrada son más elevados. Los equipos deben contribuir con el 60% de los ingresos por entradas de los primeros tres partidos de la serie divisional y los primeros cuatro de la serie de campeonato y la Serie Mundial. 

La facturación total depende de la capacidad que tenga el estadio pero, sin ir más lejos, los Bills de Buffalo pueden generar 12,8 millones de dólares (10,9 millones de euros) en un único partido si logran el soldout en segunda ronda. Su estadio cuenta con más de 71.000 localidades. En la NBA, el equipo que más factura son los Golden State Warriors, que han ingresado regularmente más de 50 millones de dólares en play-offs incluso después de su parte correspondiente a la NBA. 

En cuanto a las audiencias, la competición ha aumentado un 7% sus registros en la fase regular, hasta promediar 17,9 millones de espectadores por encuentro. Es el mejor registro desde 2015, y los play-offs apuntan en esa misma dirección. El año pasado los seis primeros partidos de la primera ronda promediaron 28,4 millones de espectadores, un dato que en las finales de conferencia se elevó a más de 50 millones. Los play-offs permiten a las marcas una mayor recurrencia en comparación con la Super Bowl, que ofrece un one off visto por más de 110 millones de personas en Estados Unidos, según datos de Nielsen. 

Por ejemplo, los anuncios de 30 segundos para las primeras rondas de play-offs (Wild Card y División) cuestan un millón de dólares, y los anuncios para partidos de finales de conferencia cuestan 2 millones de dólares. Este es un aumento significativo con respecto a la tarifa de 400.000 dólares durante la temporada regular, pero aún es entre un 70% y un 80% más barato que la tarifa de 7 millones de dólares de media (6,3 millones de euros) durante el Super Bowl, según datos de Huddle Up.

 

¿Qué hay de los jugadores?

En cuanto a los jugadores, sus salarios están fijados por los convenios, igual que en el resto de ligas norteamericanas. Se pagan semanalmente y entrar en play-offs no supone un plus importante. De hecho las cláusulas más habituales en los contratos no incluyen los play-offs, sino llegar a la Super Bowl, lograr premios individuales a final de temporada o ser reconocidos en las mejores alineaciones. Es decir, ni para jugadores ni para equipos es particularmente lucrativo clasificarse a la postemporada en términos de negocio directo. 

Sin embargo, alcanzarla supone un boost de abonos para el año siguiente (y poder subir precios), aumentar los ratings televisivos, una mayor venta de merchandising y acceso a más contratos de patrocinio. Para los jugadores también supone saltos importantes, pues revalorizarán sus contratos como parte de equipos de la parte alta de la tabla, aparte de las bonificaciones que puedan tener por contrato o las primas fijadas por cada franquicia por objetivos deportivos. 

 

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