Las posibles sanciones de más de 100 millones de euros no han modificado un ápice la posición de Real Madrid, FC Barcelona y Juventus. Los tres únicos clubes que hoy siguen aliados en el proyecto de Superliga han emitido un comunicado en el que reiteran la necesidad de explorar un nuevo formato de competición para los grandes clubes y denuncian las “presiones del todo intolerables” de Uefa y Fifa para mantener el control de la pirámide competitiva.
Un día después de que los otros nueve clubes fundadores anunciaran un pacto con el regulador europeo, estos tres han lamentado profundamente que “se encuentren inmersos en una postura incoherente e inconsistente”. En 48 horas, pasaron de avalar un movimiento unilateral, a jurar fidelidad al sistema actual, renunciar al 5% de sus ingresos por competiciones europeas durante un año y aceptar posibles multas de entre 50 millones y 100 millones de euros si incumplen alguno de los puntos.
Madrid, Barça y Juve no tienen pensado dar su brazo a torcer, pues, pese a la crítica casi unánime que han recibido, consideran que “los problemas materiales que llevaron a los 12 clubes a anunciar la Superliga hace unas semanas no han desaparecido”. En su opinión, la solución pasa por crear una competición semicerrada que blinde la presencia de los doce clubes más grandes de Europa, con tal de generar más ingresos que la Champions League actual. Según su previsión, eso también redundaría en más dinero en solidaridad.
“Por respeto a nuestra historia, por nuestra responsabilidad ante nuestros socios y aficionados, por la sostenibilidad financiera del deporte y por el bien del fútbol, tenemos el deber de actuar con responsabilidad y de perseverar en la búsqueda de soluciones, pese a las inaceptables presiones y amenazas que continuamos recibiendo de Uefa”, sostienen.
Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín confían en avanzar hacia una liga semicerrada que blinde la pressencia de los 12 grandes de Europa
En línea con el discurso realizado por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y la Superliga, en sus intervenciones de las últimas semanas, los tres clubes argumentan que su idea “era entendida por los 12 clubes fundadores como una oportunidad única para ofrecer a los fans de todo el mundo el mejor espectáculo posible y aumentar el interés global por el deporte, que se enfrenta a nuevas tendencias generacionales que amenazan su futuro”.
Sin embargo, ni ligas nacionales, ni federaciones, ni futbolistas, ni especialmente los gobiernos acogieron la idea con entusiasmo. Al contrario. “Somos plenamente conscientes de la diversidad de reacciones, en muy diversos ámbitos, que ha producido la iniciativa”, se limitan a reconocer Barça, Madrid y Juventus, que sí admiten “la necesidad de reflexionar sobre los motivos que han generado dichas reacciones y reconsiderar el planteamiento propuesto en lo que resulte necesario”.
Su mensaje conciliador tras el tono rupturista inicial contrasta con la dureza en el discurso de Uefa, cuyo presidente, Aleksander Čeferin, advirtió ayer a estos tres clubes que se reserva “todos los derechos para tomar las medidas que considere oportunas contra aquellos clubes que hasta ahora se han negado a renunciar a la llamada Superliga. El asunto se remitirá sin demora a los órganos disciplinarios competentes de la Uefa”.
El pacto alcazando por la Uefa y los otro nueve clubes que finalmente han decidido regirse por las competiciones europeas que organiza el ente regulador son ocho: reconocimiento y aceptación del carácter vinculante de los estatutos de Uefa; compromiso con participar en sus torneos de clubes cada temporada que se clasifiquen por méritos deportivos; regresar a la Asociación Europea de Clubes (ECA) como único interlocutor válido; aceptar las mencionadas sanciones en caso de incumplimiento; donar 15 millones para promover el fútbol base en Europa; tomar las medidas pertinentes para romper cualquier vínculo legal con la Superliga, y renunciar a un 5% de los ingresos que hubieran percibido por jugar torneos de la Uefa durante un año.
¿Cuánto dinero repartió la Uefa entre los clubes en el año de la pandemia?
El ente regulador distribuyó 1.922,4 millones de euros entre los 44 clubes que participaron en la Champions League, incluidos los que no superaron la fase previa, y 543,7 millones de euros a quienes compitieron en la Europa League. En total, una bolsa de 2.466 millones de euros entre las dos competiciones, que hubiera sido mayor de no ser por la Covid-19. El recorte interanual fue del 2,7%, según los documentos de la confederación.
La pandemia provocó que la Uefa recortara el prize money en 74,47 millones de euros: 57,8 millones menos para los contenders de la Champions League y 16,6 millones a los clubes de la Europa League. En la Champions, el tijeretazo afectó más a los finalistas, pues el PSG facturó 4,4 millones menos, por los 4,3 millones de euros que dejó de ingresar el campeón, el Bayern de Múnich. En el torneo de plata de la Uefa, el Sevilla FC, vencedor del torneo, fue el más damnificado por el recorte de premios, ya que la pandemia provocó que dejara de cobrar un millón de euros.