Viernes loco en París. Después del anuncio de la LFP de adjudicar los dos lotes mayoritarios de la Ligue-1 y la Ligue-2 a Amazon Prime Video, Canal+ ha respondido con un escueto comunicado en el que renuncia a los derechos de televisión del fútbol francés. El grupo galo ha anunciado que, finalmente, no adquirirá el paquete más caro en comercialización, valorado en 332 millones de euros. En él se meten dos partidos de la Ligue-1 en sus mejores franjas horarios -sábado por la tarde y domingo noche- con opción preferencial para la elección de los encuentros.
¿El motivo? Que la LFP no ha aceptado la oferta que le había hecho su socio en este concurso, beIN Sports, con el que pretendía crear un nuevo canal para los ocho partidos de Ligue-1 y los otros ocho de Ligue-2 que se ha llevado el gigante del ecommerce. Una medida de presión del grupo francés, que aspiraba a sublicenciar ese canal y mantener todo el fútbol, y que supone un problema más para una competición que negocia sobre la hora para vender sus derechos hasta 2024.
Sobre lo que ya es seguro, la mejor oferta de Amazon, la compañía norteamericana pagará 250 millones de euros anuales por la Ligue-1 y otros nueve millones por la Ligue-2, según avanza L’Équipe. A este importe, habría que añadir los 42 millones que pagará Free por los contenidos en semi-directo para entornos digitales.
En todo el ciclo, la liga francesa preveía ingresar 1.989 millones de euros, pero ahora quedan en el aire esos 332 millones de euros de Canal+ y, probablemente, los 30 millones de euros anuales de beIN Sports por el pequeño lote de dos partidos de Ligue-2 adjudicado por la LFP. Con ello preveían alcanzar los 663 millones de euros anuales hasta 2024, que seguirá siendo un 50% menos que los 1.150 millones de euros anuales que debía percibir en este ciclo de no ser por la ruptura con Mediapro.
El acuerdo con Amazon se alcanza sobre la bocina tras un semestre de incertidumbre y gran rumorología. El ciclo actual de derechos se truncó a pocos días de despedir 2020, cuando Mediapro aceptó pagar 100 millones de euros en concepto de indemnización para deshacerse de su paquete mayoritario -de hasta el 80%- de los derechos. Detrás llegó Canal+, pidiendo una relicitación de los derechos, ante los que la LFP hizo caso omiso y llevó a una denuncia por parte del canal privado. La salida del grupo audiovisual español se produjo ante la falta de acuerdo cuando solicitó una rebaja en el precio que se había comprometido a pagar, pues el cierre de la restauración en Francia y la pandemia derrumbaron el plan de negocio inicial, que les debía permitir generar una base de tres millones de abonados al canal Téléfoot.
Casualmente, este mismo miércoles, el presidente de la junta directiva de Canal+, Maxime Saada, aseguraba a RMC que “no está claro que la Ligue-1 esté en Canal+ el próximo año”. Se trataba de un mensaje de presión hacia la LFP sobre otro de los temas candentes de la competición: la reducción de clubes participantes.
Ya se ha aprobado que la Ligue-1 reduzca su número de equipos a 18 a partir de 2023-2024, pero Saada insiste en rebajarlo aún más. El dirigente aspira a que haya 16 equipos en la élite en el medio plazo, porque, según dice, “hay partidos que no le interesan a la gente”.