Relevo en la presidencia de la Ligue de Football Professionnel (LFP). La gestora de la Ligue-1 y la Ligue-2 ha nombrado para el cargo a Vincent Labrune, conocedor del fútbol francés por su etapa como director general del Olympique de Marsella entre 2011 y 2016. El ejecutivo releva a Nathalie Boy de la Tour, que ha ostentado esta posición durante los últimos cuatro años.
La elección del ejecutivo, también vinculado al mundo del entretenimiento, no ha estado exenta de polémica. Su ratificación sólo ha contado con el apoyo del 48% de los votos posibles, evidenciando la división que existe en torno a su figura. En el pasado, una de las personas más críticas con él fue Jean Michel Aulas, máximo accionista del Olympique de Lyon.
“Mi lema será la unidad que el fútbol profesional francés debe redescubrir con todos sus componentes, en particular entre los clubes; mi objetivo será pacificar las relaciones entre nosotros, que se han debilitado un poco en los últimos meses”, ha señalado tras su proclamación. “Debemos ser capaces de reformarnos a nosotros mismos, de recuperar nuestra mayor competitividad en el escenario europeo”, ha añadido.
El directivo aterriza en la patronal con una parte muy importante del trabajo hecho, pues justo acaba de iniciarse el nuevo ciclo audiovisual en Francia de la mano de Mediapro, que permitirá a los clubes galos batir su récord de ingresos por televisión a partir de 2020-2021. Sin embargo, existen fuertes diferencias de facturación entre equipos, que han provocado que el Paris Saint-Germain (PSG) haya ganado siete de las últimas ocho ediciones.
El de los contratos de televisión ha sido un primer paso hacia un modelo más sostenible, pues la competición continúa cerrando año a año con pérdidas agregadas. Los números rojos de 2018-2019 se situaron en 160 millones de euros, una mínima mejora respecto al desfase de 176 millones de la temporada anterior. Además, la facturación total sólo subió un 0,6% interanual, hasta 2.854 millones de euros.
Pese al claro problema de sostenibilidad, la LFP sostiene en su informe anual que “el 95% de la pérdida neta acumulada se concentra en tres clubes con algunos de los mayores presupuestos”. Se refiere al Olympique de Marsella, que perdió 91,42 millones de euros, al Lille, que perdió 66,59 millones, y al Girondins de Burdeos, con un déficit de 25,7 millones.