El negocio de la Ligue-1 continúa en barrena. Al breve y complejo affaire vivido con Mediapro por la retransmisión de la liga y la drástica caída de ingresos por la Covid-19, la gestora del fútbol profesional francés culmina ahora la discusión que mantiene desde hace semanas con Canal+ con una visita a los juzgados. El socio audiovisual histórico de la LFP ha emprendido acciones legales para impugnar que se haya sacado el mercado únicamente el paquete liberado por Mediapro, según avanza L’Équipe.
Canal+ ya solicitó públicamente el pasado 13 de enero que la LFP realizara una nueva licitación de los derechos audiovisuales de la competición, incluyendo todos los paquetes, también los dos encuentros de la Ligue-1 bajo control de beIN Sports, que sublicencia a la televisión privada francesa.
La Ligue-1 desoyó la petición de Canal+ y lanzó al mercado únicamente el gran paquete, con el 80% de los derechos audiovisuales, que poseía Mediapro, dividido en dos lotes con el objetivo de atraer a más operadores. El 20% restante, en manos de beIN, permanece intocable.
Por ello, el grupo que preside Maxime Saada ha denunciado a la LFP. Considera que la cuota a pagar por el paquete de beIN (332 millones de euros anuales) es hoy “prohibitiva” -tal y como consideraba Mediapro, que pagó 100 millones de euros para liberarse del contrato- y que debería entrar en la nueva licitación.
El Tribunal Comercial de París ha fijado una audiencia para el 19 de febrero para conocer del caso. Sin embargo, para entonces, la LFP ya habrá escogido a sus nuevos socios audiovisuales, que deberán presentar sus ofertas antes del 1 de febrero.
A pesar de la denuncia interpuesta, Canal+ podría incluso entrar a pujar por los lotes de la liga francesa en comercialización. Hasta la llegada de la Covid-19 y la posterior salida de Mediapro, la LFP tenía comprometidos ingresos por más de 1.153 millones de euros en concepto de derechos de televisión en el ciclo 2021-2024. Esta cifra, indudablemente, menguará en esta nueva licitación.