LaLiga consiguió pactar con prácticamente la totalidad de sus socios audiovisuales durante la pandemia, y con los que no, está logrando triunfos judiciales. La gestora del fútbol profesional ha conseguido una orden judicial para congelar los activos de beIN Sports, el canal catarí que alimentó el posicionamiento del emirato en la industria del deporte con importantes facturas. Sin embargo, a la competición presidida por Javier Tebas le había dejado una sin pagar de 50,69 millones de euros que esperan recuperar por esa vía.
El auto del Juzgado de Primera Instancia número 6 de Madrid, adelantado por The New York Times y al que ha tenido acceso 2Playbook, argumenta esta decisión ante el riesgo de que la compañía repatrie sus fondos a Qatar y sea imposible garantizar el cobro. Un portavoz de beIN ha admitido al medio estadounidense que ya se ha realizado un primer pago de 11,5 millones del importe pendiente, que es relativo a las retransmisiones de esta temporada.
El acuerdo, según el auto judicial contra el que no cabe recurso, establecía que beIN pagaría un 33% del contrato de 2022-2023 antes del 15 de agosto, es decir, unos 41,25 millones de euros; otra filial del conglomerado catarí no pagó 9,41 millones. Además, la competición pide algo más de 36.000 euros en intereses de demora por los retrasos en el pago de las facturas de los derechos en Francia y Mónaco.
La disputa no ha afectado a las retransmisiones de los partidos allí donde el canal es titular de los derechos: Oriente Medio, norte de África y Sudeste Asiático, principalmente. Es ahí donde la emisora se había hecho fuerte y prácticamente tenía el monopolio de la televisión de las grandes competiciones deportivas. Se estima que sólo a LaLiga le ha abonado más de 1.500 millones de dólares por sus derechos desde 2018.
En declaraciones a The New York Times, el presidente de LaLiga, Javier Tebas, ha rechazado el argumento de beIN conforme estaba sufriendo problemas económicos, máxime cuando es propiedad de un emirato que ha demostrado disponer de fondos casi ilimitados y estar dispuesto a asumir importantes pérdidas económicas para defender su posición de influencia en el deporte.
De hecho, el dirigente español sospecha que los impagos también eran una forma de intentar presionarle para frenar su ofensiva pública contra el Paris Saint-Germain (PSG). Señalado como el principal club distorsionador de la sostenibilidad económica del fútbol europeo, el conjunto parisino comparte propiedad con beIN y ambas organizaciones están lideradas por Nasser al-Khelaifi.
LaLiga ya lidió meses atrás con otro operador que no estaba haciendo frente a los pagos. En julio fue con Super Sports Media en China, también con una deuda pendiente de 50 millones de euros, que LaLiga confiaba en recuperar con los avales que prestaron los propietarios de la plataforma.
La competición cobró 708,4 millones de euros por sus derechos audiovisuales internacionales en 2020-2021, mientras que en España se produjo una aminoración de 38 millones y en total facturó 1.105 millones de euros, según los últimos datos disponibles. Ello se debe a la fecha de devengo de las facturas, pues por televisión finalmente se percibieron 1.912,98 millones de euros en todos los mercados en 2019-2020, un 4,4% más.