Italia se ha convertido en la gallina de los huevos de oro del negocio de la ATP. Hoy es el hogar de la Copa de Maestros y la cuna de la alta dirección de un negocio que mueve más de 160 millones de euros y que ganó dinero incluso en tiempos de pandemia. El país transalpino, mundialmente conocido por disciplinas como el fútbol y el motor, ha echado el resto para atraer eventos tenísticos.
La apuesta va más allá de ser sede de la fase de clasificación para las finales de la Davis o de albergar el Masters 1.000 de Roma. Desde 2021 y hasta 2025, Turín se ha hecho con la sede de la Copa de Maestros, tomando el testigo de Londres tras doce años como ciudad anfitriona la cita. ¿El objetivo? Capitalizar un impacto económico de 600 millones de euros en cinco años, que es el que esperan que deje la cita entre negocio directo en la ciudad y su notoriedad mediática adicional..
La capital de Piamonte se ha apoyado en el deporte de la raqueta para convertirse en uno de los epicentros del tenis mundial, apoyada en Milán, sede de las Next Gen, que es el equivalente a la Copa de Maestros de los jóvenes talentos del circuito. La consigna ha sido clara desde el inicio: el torneo debe ser el pilar de la proyección de Turín hacia el mundo, pero también debe revertir en la promoción del tenis en la región.
“Turín debe seguir consolidándose como una de las capitales mundiales del tenis. Aquí deben escribirse páginas importantes de la historia de nuestro deporte”, afirmó Angelo Binaghi, presidente de la Federación Italiana de Tenis, meses atrás. El directivo recalcó que, de cara a esta edición, “el fin de las limitaciones provocadas por la pandemia será un incentivo más para garantizar una experiencia aún mejor para el público; queremos tratar de atraer nuevas audiencias, especialmente del extranjero”, afirmó.
No es para menos, pues en su año debut, en 2021, sólo el 10% del público era internacional, en una edición aún marcada por los últimos coletazos de la pandemia en la que se recaudaron 15 millones de euros por la taquilla. Para este año, el precio de salida de la entrada más barata para las primeras rondas es de algo más de 46 euros, mientras que ver la final cuesta, como mínimo, 154 euros y hasta más de 500 euros. También se comercialicen paquetes hospitalidad que no bajan de los 700 euros que incluyen visitas guiadas por los atractivos turísticos de la ciudad, hotel y entrada para los partidos por más de 700 euros, con el objetivo de que el visitante viva una experiencia que trascienda al tenis.
La audiencia global del año pasado procedió de la televisión, con una cobertura televisiva en más de 130 países, alcanzando una audiencia total de 109 millones de personas. En España, la cita podrá seguirse un año más por Movistar+, plataforma que también tiene los derechos en el país de Wimbledon, los Masters 1.000, los torneos ATP 500 y algunos ATP 250.
Turín espera un impacto económico y mediático de 600 millones de euros por la organización de las ATP Finals durante 5 temporadas
El viraje de la ATP hacia Italia es claro y desde el minuto uno la organización ha buscado rentabilizarla por la vía del patrocinio. Por un lado, desde que se anunció a Turín como sede de las ATP Finals se han firmado hasta diez espónsors italianos: Intesa Sanpaolo; Lavazza; EA7 Emporio Armani, el agua Valmora, la distribuidora Italgas; el grupo energético Iren; los vinos Asti Docg; el perfume Xerjoff; la empresa de real estate Torino Outlet Village, y los grandes almacenes La Rinascente.
De los quince patrocinadores de las ATP Finals, el 66% son marcas italianas. El 33% restante se corresponden lo protagonizan Nitto, empresa japonesa que da nombre a la Copa de Maestros; Emirates; Ford; Pepperstone y Dunlop como bola oficial. Esa ofensiva comercial ha permitido a la cita elevar hasta 14,7 millones de euros la bolsa de premios económicos para los tenistas, cifra récord. Si el campeón del torneo queda invicto, ganará 4,7 millones de dólares.
El acercamiento de la ATP al país transalpino vino precedido de un fortalecimiento de la estructura del circuito la ATP, que apostó por talento italiano para sus principales estamentosposiciones. El extenista italiano Andrea Gaudenzi asumió la presidencia del circuito en enero de 2020. Se optó por desdoblar la presidencia de la dirección general, que anteriormente había sido única bajo la batuta de Chris Kermode.
Para la dirección general también se optó por un italiano, Massimo Calvelli, directivo que llegó a ser director de marketing de la división de tenis de Nike, una firma que patrocinó a grandes estrellas del mundo de la raqueta como Serena Williams, Roger Federer, Rafa Nadal, Naomi Osaka o Maria Sharapova. Aún hay más, pues en 2020 también se incorporó a Daniele Sano, procedente de la AS Roma, como director de negocio.
El objetivo de este equipo es ampliar el ecosistema del tenis para generar más negocio. La organización movió 160,5 millones de dólares en 2021 y ganó más de 6 millones de euros, esquivando las pérdidas incluso en época de pandemia. Agrandar ese ecosistema pasa por sumar fuerzas con la Federación internacional y el circuito femenino WTA, con la que está integrando estructuras y reforzándose comercialmente para hacer bueno el lema neerlandés la unión hace la fuerza.