Entre las claves que diferencian a la Premier League del resto de grandes ligas, el reparto audiovisual es una de las principales. Un factor diferencial que permite a todos sus clubes elevar negocio y potencial, ya que a su liderazgo como la liga de fútbol más rica del mundo se suma una distribución del pastel mucho más ecuánime. En la última temporada, la diferencia de ingresos por TV entre el campeón Manchester City y el colista Southampton fue de apenas 64 millones. Los Saints se garantizaron 106 millones de libras (126 millones de euros) por esta vía, casi tanto como el tercero de LaLiga en 2021-2022, el Atlético de Madrid (130 millones de euros). Esto sucede, principalmente, porque, desde su creación en 1992, la cifra que reparte la Premier entre el primero y el colista no puede ser nunca más de 1,5 veces superior. En España, en cambio, el gap puede ser de hasta 3,5 veces.
En el fútbol europeo hay una máxima: cuanto más grande es el mercado audiovisual del país, más potencial de negocio tiene tu competición. Y en esto, la liga inglesa destaca con holgura. En el ciclo actual (2022-2025) facturará más de 11.045 millones de euros y con una distribución más óptima. Es la gran diferencia con España, donde el negocio audiovisual aumenta a buen ritmo, pero la tardía entrada de la venta centralizada ha dificultado el crecimiento de los clubes que no son Madrid y Barça y de la propia competición. Con el Real Decreto-ley 5/2015, LaLiga asumió la producción y comercialización de los derechos audiovisuales, pero, en aquel texto, Real Madrid y Barça se blindaron a cambio de facilitar que España replicara un modelo que ya se daba en las demás grandes ligas: ningún club podría ingresar menos de lo que facturaba por entonces, lo que garantizó un mínimo de 140 millones de euros a blancos y azulgranas, y condiciona el reparto. Hoy se llevan sobre 165 millones cada uno.
Ahora bien, más allá de LaLiga y la Premier, ¿cómo es el reparto de los derechos audiovisuales en las ligas del fútbol europeo? El primer punto a destacar es que el 89% de las Primeras Divisiones europeas venden de manera centralizada sus derechos, según datos de la Uefa. Una fórmula que permite a las organizaciones crecer en conjunto y ofrecer un producto audiovisual homogéneo, clave sobre todo para la venta en el extranjero, si bien es un modelo que todavía no abrazan únicamente un 11% de las competiciones. Pronto el porcentaje caerá todavía más.
La confederación presidida por Aleksander Ceferin destaca en su último informe sobre el fútbol europeo que el 83% de las ligas reparten un trozo del negocio a partes iguales. Hasta un 64%, también, distribuye un porcentaje por méritos deportivos (principalmente, la clasificación liguera). Y ya un 38% ha incluido en su modelo de reparto apartados como el valor o atractivos comerciales de su audiencia, donde se incluyen un sinfín de aspectos, e incluso el fomento de la cantera.
Por ejemplo, en LaLiga hay un 25% de los ingresos televisivos que se distribuyen según la implantación social de sus clubes, el bote determinante para ese blindaje de Barça y Madrid. ¿Y qué significa esto? Las audiencias, su facturación por abonos y taquillas… El club que más destaque puede hacerse con un máximo del 20% de esta partida; y el que menos, con un 2%. En España, sin embargo, la mitad del negocio audiovisual de Primera División se reparte a partes iguales. Para el 25% restante se mira a la clasificación en las cinco últimas temporadas. El líder recibe un 17% de ese trozo del pastel, y el reparto va bajando por puestos hasta el colista, que apenas recibe un 0,25% de estos fondos para el mérito deportivo.
Por su parte, la Premier tiene la particularidad de que no todos sus partidos se emiten por televisión en Reino Unido. Esto hace que los grandes clubes se lleven un mayor pellizco con el 25% del reparto audiovisual que tiene en cuenta el número de partidos que han emitido por la tele sus socios locales: Sky, BT Sport, BBC y Amazon. Además, en Reino Unido se da la circunstancia de que los ingresos por TV internacionales ya superan los locales: 5.300 millones de libras (6.286 millones de euros) provenientes del extranjero frente a los algo más de 5.000 millones de libras (5.745 millones de euros) que facturará del mercado nacional hasta 2025.
Por ello, la liga inglesa también hace una pequeña división en este paquete: el 7,3% se reparte según méritos deportivos. Fue la pequeña concesión conseguida en 2018 por el denominado Big Six, que no compartía que el negocio internacional se repartiera completamente a partes iguales, pues esa distribución se acordó en los noventa, cuando la facturación por las retransmisiones en el extranjero era insignificante. Aun así, el diferencial en este ámbito tampoco puede superar las 1,8 veces, pues la competición considera que esa equidad es la que efectivamente ha evitado monopolios o duopolios en la lucha por el título, haciendo emerger varias potencias que cada año optan al título y dan emoción -y valor económico- al producto.
En Alemania, la Bundesliga apoya la generación de talento a través de su negocio audiovisual local. El 50% se reparte a partes iguales, y hasta un 43% tiene en cuenta las clasificaciones de la competición en las cinco últimas temporadas. Pero la gestora, la DFL, distribuye un 4% según los minutos jugados por futbolistas alemanes sub-23 y los años de formación de los jóvenes futbolistas que utilizan sus equipos. El 3% restante lo reparten con un estudio de mercado sobre el interés comercial y mediático de los clubes. En cuanto a la TV internacional, el 35% se distribuye de forma equitativa; hasta un 50%, según la clasificación de la liga en los últimos cinco años; y el 15% restante, atendiendo al ranking de la tabla durante la última década.
LaLiga y la Premier, las más internacionales
En este sentido, LaLiga y la Premier League tienen mucho terreno ganado con el resto de grandes ligas. La fortaleza de ambas ligas en el extranjero les ha permitido dejar atrás la peligrosa dependencia en el mercado nacional. La Premier ya ha dado el sorpasso y un 53% de su factura audiovisual es fuera de Inglaterra, según Uefa; en LaLiga, la factura internacional ya se sitúa en el 48% del total. Ahí cabe destacar contratos como el firmado por el fútbol profesional español con Espn en Estados Unidos, que le reportará 175 millones de dólares anuales.
En Italia, Alemania y Francia trabajan por acercarse, con aperturas de oficinas y acuerdos que las ligas española e inglesa ya hicieron hace una década. Por ahora, su dependencia en TV con el mercado nacional es del 82%, 86% y 88%, respectivamente. En la Serie A, un 30% se distribuye en función a los resultados deportivos, pero no sólo a los actuales o más próximos: un 5% de ese trozo de pastel de la tele se reparte teniendo en cuenta los resultados obtenidos, tanto en el ámbito nacional como internacional, desde la temporada 1946-1947 y hasta seis temporadas previas al curso vigente. Entre el resto, el 50% se reparte a partes iguales y un 20% según audiencias.
Por último, en Francia el 30% se reparte a partes iguales y otro 20% según un valor de licencia que los clubes habituales de Ligue-1 ya suelen cumplir (la norma está más dirigida a los recién ascendidos). Otro 30% valora la clasificación deportiva, del que el 25% tiene en cuenta la última temporada –el otro 5% revisa el último lustro–, y el 20% restante tiene en cuenta audiencias y los partidos premium (el más relevante de la jornada para la TV) que han disputado cada club.
El caso portugués
Fuera del Big-5, sin embargo, hay un caso paradigmático y que se ha de destacar cuando se analiza el reparto audiovisual en el fútbol europeo. La Liga Portugal tiene la mayor diferencia por negocio audiovisual entre clubes. El motivo es sencillo: Benfica, Oporto y Sporting de Portugal se llevan casi toda la parte de la televisión, que en total generaba 177 millones de euros anuales en 2021-2022.
Es una de las pocas ligas, y la única entre las relevantes, que todavía no tiene centralizada la comercialización de sus derechos, lo que genera que el club que más dinero recibe por sus derechos perciba doce veces más que el último. Para atajar esto, y elevar el valor general de la competición, se centralizarán los derechos a partir de 2027-2028, fecha que se prevé marque un antes y un después para el fútbol del país vecino.