“Hemos llegado a un acuerdo muy razonable y sensato que piensa en la salud pública y también en el deseo de los ciudadanos de volver poco a poco a una normalidad plena”. Así ha anunciado esta tarde el Gobierno de España el retorno del público a los estadios de LaLiga y a los pabellones de la ACB. Eso sí, sólo podrán abrir sus puertas las comunidades autónomas que estén en nivel 1 de incidencia de contagios por Covid en el momento de la disputa de los partidos. A día de hoy, los clubes que podrán abrir sus puertas serán los de Galicia, Baleares y Comunidad Valenciana, ya que la línea se situará en una incidencia máxima de 50 casos por cada 100.000 habitantes.
Una vez abiertos, las medidas del Gobierno son claras: hasta un 30% de la capacidad de los estadios y pabellones de LaLiga y ACB, con un tope de 5.000 personas. Además, se deberá garantizar en todo momento una distancia de 1,5 metros entre los espectadores, que no podrán comer, ni beber ni fumar. “Sólo agua, que se repartirá por personal del estadio”, ha explicado la ministra de Sanidad, Carolina Darias.
A todos los aficionados, que serán locales, se les tomará la temperatura a la entrada de los estadios y deberán utilizar una mascarilla de tipo FFP2.
“Esto es algo cambiante día a día”, ha reconocido Darias, respecto a la posibilidad de que unas regiones puedan permitir la apertura de los recintos deportivos y otros no.
Apenas mitigará la caída del ‘ticketing’
La reapertura en estas últimas jornadas apenas serviría para solucionar el agujero de ingresos en el área de ticketing, pero sí suavizará el golpe con la entrada de algo de facturación adicional. Aún más importante pensando a medio plazo, permitirá testar la logística y el control de cómo debe ser el acceso del público. En el caso de LaLiga, a mitad de curso se pidió a los equipos un ajuste extra de 285 millones de euros asumiendo que no habría público, aunque la pérdida total de ingresos durante la pandemia por matchday fue de 165 millones en 2019-2020 y 683 millones en 20202-2021.
El regreso de público a los partidos de LaLiga y ACB era una media ampliamente reivindicada por los clubes, que no entendían que en las competiciones no profesionales se permitiera la presencia pública y, en cambio, las dos con más recursos para establecer mecanismos de control tuvieran prohibido abrir las gradas.
El golpe en el baloncesto
La gestora del baloncesto español profesional no ha dado a conocer cuál es el impacto económico de disputar lo que va de temporada sin público en las gradas, pero el negocio de la venta de entradas y abonos generó 33,4 millones de euros a los clubes de la ACB en 2018-2019, según los datos facilitados por el Consejo Superior de Deportes.
La ACB anunciará las fechas y el formato del play-off una vez se concrete por parte de Fiba la fecha de finalización de la temporada. Por el momento no se contempla un final como del curso anterior, con una sede única en Valencia, pero sería una fórmula para maximizar los ingresos y asegurar cierta equidad a la hora de evitar enfrentamientos en los que un club sí tenga apoyo de la afición local y el otro no.
Sobre esta cuestión, el presidente de LaLiga, Javier Tebas, recordó días atrás que la comisión delegada de la gestora, compuesta por 14 de los 42 clubes, “incluso teniendo en cuenta y siendo conscientes de que habría clubes que podrían no tener público, si así lo requiriese su comunidad autónoma”.