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El fútbol portugués, ante el reto de facturar 1.000 millones de euros y dar con la viabilidad

El conjunto de los clubes de Primera y Segunda División obtuvieron una facturación conjunta de 913 millones de euros, pero las pérdidas agregadas fueron de 18 millones, según datos de EY y Liga de Portugal.

benfica 22 23 fútbol portugués

Portugal es probablemente una de las principales cunas de talento futbolístico, al tiempo que trampolín para los jóvenes de Latinoamérica. Sin embargo, sus clubes se topan con el desafío de operar en un mercado doméstico muy menor al de las grandes potencias y diseñar un producto atractivo sin apenas capacidad para retener ese talento. Aun así, sus clubes lograron recuperar ya el terreno perdido durante la pandemia y, por primera vez, están a las puertas de rebasar los 1.000 millones de euros de facturación, según se desprende del informe anual que elaboran EY y Liga de Portugal.

El negocio agregado alcanzó los 913 millones de euros en 2021-2022, si bien el poder se concentra en los tres principales equipos del país, que casi absorben tres de cada cuatro euros generados por el fútbol profesional portugués. Reducir ese gap a través del crecimiento del resto de equipos es la misión de la gestora de la competición, cuya contribución al producto interior bruto (PIB) de Portugal se estima en 617 millones de euros, equivalente al 0,29% de la riqueza del país.

“La mejora registrada se debe a la subida global de los traspasos de derechos de jugadores y la entrada en vigor del nuevo ciclo de las competiciones europeas”, explica EY. El crecimiento es del 4% respecto a 2018-2019 y del 12,2% respecto al ejercicio anterior, debido al retroceso del papel del fútbol en el país a causa de la pandemia y a la recuperación del ticketing.

En términos de empleo, los equipos de Primera y Segunda División de Liga Portugal aún no han recuperado los niveles previos a la crisis. No obstante, la fuerza laboral de los clubes y la gestora de la competición se situó en 3.595 personas, de los que 1.465 eran futbolistas, 335 tenían la consideración de técnicos y los 1.795 restantes se corresponde al personal corporativo. Este reparto no es proporcional a lo que cada colectivo supuso en sueldos, con 243 millones para los jugadores, 37 millones para el staff deportivo y 36 millones para el resto de personal.

En este ámbito, y el Thinking Football Summit ha sido un ejemplo, la gestora de la competición sostiene que “es esencial invertir en la educación y formación de las personas de la industria del fútbol”. Para ello, este pasado fin de semana se organizó un congreso de tres días en los que se combinaron ponencias con profesionales de clubes extranjeros y demás stakeholders en los que se han analizado los distintos retos que tienen los equipos portugueses.

El punto de partida no es del todo malo, pues la Primera División cerró 2021-2022 con un récord de ingresos: 867 millones de euros, un 13,1% más que el ejercicio anterior y ya por encima de 2018-2019, que fue la última campaña que se desarrolló con normalidad antes de la pandemia. No obstante, el 77% de ese importe se concentra en SL Benfica, FC Porto y Sporting Club de Portugal, y aun así es una cifra que compite con lo que FC Barcelona o Real Madrid generan por sí solos en un año normal.

Ese acaparamiento del negocio se da especialmente en los dos frentes más importantes del negocio ordinario: televisión e ingresos por competiciones. La primera partida generó 177 millones de euros en 2021-2022, un 13,1% menos que el curso anterior; la segunda, que recoge tanto el ticketing como los pagos de Uefa, se disparó un 78,8% interanual, hasta 179 millones de euros. El área comercial aportó 90 millones, un 38,3% más, demostrando el creciente atractivo de los clubes.

Ahora bien, si hay una línea de negocio que sostiene hoy al fútbol luso es la constante generación de jóvenes talentos, que produce en sus canteras o detecta en Latinoamérica antes que las grandes potencias. En 2021-2022, la compraventa de futbolistas generó 291 millones de euros, un 2,7% más que el curso anterior y clave para acercar a la rentabilidad de la mayoría del ecosistema.

El estudio de EY revela que la Primera División (Liga Portugal bwin) casi logró el equilibrio presupuestario en el último ejercicio, con unas pérdidas de sólo 920.000 euros, muy lejos del agujero de 57 millones y 48 millones de euros que asumió en 2019-2020 y 2020-2021, respectivamente. En 2018-2019, cuando el mercado de traspasos no se vio afectado por la Covid-19, las ganancias fueron de 61 millones. Ese año, 14 de los 18 equipos ganaron dinero, por los 9 que lo hicieron el último ejercicio. “Evidencia una gran recuperación”, defiende la consultora.

La razón no es otra que, en ese constante movimiento de jugadores, el coste de la plantilla siempre viene determinado por ser capaz de mantener un nivel estable de ingresos por traspasos. De ahí que el ligero avance de ventas en 2021-2022 impusiera una nueva corrección de los costes de personal, que se redujeron un 1,3% interanual, hasta 384 millones de euros. Por el contrario, y pensando en futuras revalorizaciones, los equipos de Primera División gastaron un 26,2% más en la compra de derechos federativos, hasta 187 millones de euros en amortizaciones y gastos relacionados con estas transacciones. La reapertura de estadios aumentó el resto de los gastos operativos en un 30,4%, hasta 194 millones de euros.

Pensando en rebasar la barrera de los 1.000 millones de euros, uno de los retos de la competición es mejorar la explotación de los estadios, cuya ocupación media se situó en sólo el 34%, muy lejos del 75% que se consideraría óptimo. Entre las razones está la capacidad de los recintos que se construyeron para la Uefa Euro de 2004, con muchos asientos para cumplir los mínimos exigidos, pero lejos de una realidad en la que la asistencia media por partido fue de 7.730 personas.

Y la cifra sería muy inferior de no ser por la presencia de tres equipos que suponen un 63% de los 2,4 millones de espectadores acumulados en 2021-2022. Se trata de SL Benfica, con una media de 31.956 personas por encuentro, FC Porto (31.126 personas) y Sporting CP (25.159 personas). Aun así, su ratio de ocupación se queda igualmente por debajo de los tres cuartos de lleno, con una horquilla de entre el 50% y el 62%. El resto, a diferencia del Vitória SC, no alcanzó los 10.000 fans de media por duelo como local.

Esa brecha se da también en las audiencias de televisión, algo que afecta al balance competitivo de una competición en la que aún no existe la venta centralizada de los derechos audiovisuales. Eso hace que cada club negocie individualmente sus acuerdos, y dé aún más poder a los tres equipos antes mencionados. SL Benfica lideró la audiencia en 2021-2022, con 233.923 telespectadores y un share del 5,7%, superando a Sporting CP y FC Porto, con 198.648 y 181.555 televidentes, respectivamente, así como una cuota del 4,2%. El resto de los equipos se movieron en una horquilla de entre 47.385 y 72.141 telespectadores, según los datos de Liga de Portugal.

 

El abismo entre jugar Primera o Segunda División

Uno de los problemas más importantes de Liga de Portugal es el salto que existe entre las dos categorías profesionales, y no sólo en términos de seguimiento, donde los datos oficiales revelan una asistencia media en los estadios que ronda el millar de espectadores por partido y no alcanza los 30.000 telespectadores en televisión, en un país que ronda los siete millones de habitantes.

Para entender la dimensión real de la denominada Liga Portugal Sabseg basta un dato: sus 46,1 millones de euros de facturación agregada en 2021-2022 es menor al presupuesto que tuvo el RCD Espanyol el año que bajó a Segunda y sería una suma equivalente a lo que conjuntamente pueden mover Real Zaragoza, Real Sporting y Real Oviedo en una temporada. El presupuesto medio es de 2,8 millones de euros, la mitad de lo que cualquiera de LaLiga SmartBank recibe por sus derechos de televisión.

En este caso, las retransmisiones aportaron 10,7 millones de euros, un 39,1% más que en 2020-2021, mientras que el área comercial apenas aportó 4,4 millones, y eso que supuso un incremento del 151,3%. De hecho, la principal vía de ingresos de la categoría es la venta de futbolistas, con 14,2 millones de euros, casi cuatro veces más que el año anterior. Sin apenas capacidad para recaudar por ticketing, el resto del dinero procede de subvenciones y otras actividades.

En cuanto al gasto, el pago de nóminas prácticamente ya representó el 100% de los ingresos, con 42,5 millones de euros y un avance interanual del 43,6%, abocando al conjunto de la categoría a continuar en números rojos. En concreto, perdieron 17 millones de euros en 2021-2022, en línea con el ejercicio anterior, y sólo uno fue capaz de cerrar con beneficios.

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