La Fórmula 1 empieza a ver cómo los aficionados regresan a las gradas. Las autoridades sanitarias de Alemania han acordado que el Gran Premio de Eifel, que se disputará el 11 de octubre en el circuito de Nürburgring, pueda contar con público. Eso sí, se restringirá la entrada a un 20% de la capacidad, con aproximadamente 20.000 espectadores.

Es el máximo permitido por el gobierno regional, que en el caso del país son los que están estableciendo estas condiciones en función de la evolución de la pandemia en cada territorio. Para ello, no sólo habrá distancias entre asientos, sino que también se modificarán los flujos de acceso al recinto y se prohibirá la venta de alimentación y merchandising.

La venta de entradas se hará únicamente a través de Internet y estarán personalizadas, de modo que pueda evitarse que aficionados procedentes de zonas de riesgo puedan entrar. Asimismo, la tradicional zona de pelouse estará cerrada y cada aficionado deberá respetar el asiento asignado.

Las autoridades locales advirtieron que es una condición imprescindible que hasta la celebración de la carrera no se produzcan incidentes relevantes relativos a la pandemia y que las infraestructuras del circuito cumplan con las medidas de distanciamiento y seguridad, según Efe.

De este modo, Alemania volverá a tener Fórmula 1 antes de lo previsto y con público, después de entrar de urgencia en el calendario por la suspensión de los grandes premios anunciados en Estados Unidos, Canadá, Brasil, China, Singapur y Japón. En el caso del Circuito de Barcelona-Catalunya, la prueba fue a puerta cerrada y, como compensación, la Generalitat no ha tenido que abonar el canon e incluso ha cobrado un millón de euros.