La Fórmula 1 abandona los números rojos definitivamente. La gestora del Mundial de automovilismo ha cerrado el primer semestre de 2021 con un beneficio neto de 71 millones de dólares (60 millones de euros), que contrastan con las pérdidas que se anotó en el mismo período de 2020.
Lo hace tras facturar 501 millones de dólares (423,2 millones de euros) frente a solo 24 millones de dólares del primer semestre de 2020. Entonces la competición se había suspendido y los ingresos se redujeron al mínimo tras aplazar pagos por patrocino, televisión y canon de los circuitos.
“Estamos viendo un incremento en los aficionados que se conectan, especialmente con su vuelta a los circuitos, como en Silverstone, donde los 356.000 fans fueron uno de los mayores eventos desde la Covid-19”, ha destacado Stefano Domenicali, consejero delegado de la F-1.