Saltan las alarmas en el soccer. El fútbol estadounidense se enfrenta a una caída de ingresos de casi 1.000 millones de dólares (825,5 millones de euros) a cierre de 2020, según ha informado el comisionado de la Major League Soccer (MLS), Don Garber.
El máximo dirigente de la principal liga norteamericana de fútbol ha revelado el duro golpe financiero que han sufrido la competición y sus clubes, en su conjunto, durante estos nueve meses de pandemia.
“El impacto fue, probablemente, más profundo de lo que esperábamos”, ha reconocido Garber, que ha enviado un mensaje de alerta: “Tengo mucha esperanza de que 2021 será un año mucho mejor que éste porque no creo que ninguna empresa pudiera sostener el impacto que tuvimos en 2020 durante dos años seguidos”.
A esta caída de la facturación, relativa al cierre de los estadios al público, se ha de sumar el incremento de los gastos durante la temporada pasada. “Si bien el torneo de verano -MLS is back- nos permitió captar algunos ingresos, los gastos de albergar a tantos jugadores -los futbolistas se confinaron en una burbuja creada por la liga en Orlando (Florida)- y disputar los partidos fueron enormes”, ha asegurado el comisionado.
Para intentar compensar esta caída de ingresos, la MLS ha despedido al 20% de la plantilla que trabajaba en su sede central, situada en Nueva York, “para ahorrar costes”. “Fue algo traumático para todos nosotros”, ha afirmado.
Los planes a corto plazo de la MLS pasan por iniciar la temporada 2021 en marzo, aunque esta medida podría retrasarse si no mejora la situación sociosanitaria en Estados Unidos en el próximo trimestre. Además, no está claro cuántos aficionados podrían entrar a los estadios lo que volvería a afectar notablemente en las finanzas de los clubes y de la competición.