A falta de ocho años para el Mundial 2030, las candidaturas de las sedes van cogiendo forma de cara a una elección final que se llevará a cabo en 2024. Por ahora, todo parece una pugna entre la candidatura europea de España y Portugal y la sudamericana formada por Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Sin embargo, no hay que descartar a Marruecos, que ya se ha postulado sin suerte en cinco ocasiones como sede de la Copa del Mundo de Fútbol. En juego, cientos de millones de euros para la inversión en estadios y la atracción de millones de turistas con el balón como excusa.
Tras la baja del Reino Unido de la carrera por hacerse con la cita para centrar sus fuerzas en asegurarse la Euro de 2028 o 2032, la candidatura ibérica se ha convertido en la principal apuesta europea para albergar el evento y en la opción de mayor peso. No en vano, ya cuenta con la elección de la mayoría de las sedes. Muchas de ellas contarán con reformas importantes impulsadas por los clubes y a través de la aportación de los fondos de LaLiga Impulso, minimizando la inversión de dinero público y asegurando la sostenibilidad de las inversiones.
En concreto, la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) anunció hace un mes los 15 estadios candidatos a ser sede para la cita mundialista; de estos, 13 corresponden a equipos de Primera y Segunda División que ya han anunciado proyectos por más de 2.500 millones de euros para modernizar sus recintos. De esta selección se deberán descartar cuatro, ya que, como parte del acuerdo con Portugal, tres de las catorce sedes estarán en el país vecino.
La inversión en infraestructuras que se prevé para entonces y, que ya se está llevando a cabo en muchas de estas instalaciones, es la principal ventaja de la candidatura ibérica. Evidentemente, el nuevo Santiago Bernabéu y el nuevo Camp Nou son los principales puntales del proyecto. La reforma del estadio de los blancos, que está en pleno proceso de obras, costará alrededor de 1.000 millones de euros, a tenor de los sobrecostes generados por el alza del precio de los suministros. Por su parte, la remodelación del feudo del conjunto azulgrana costará al menos 900 millones de euros a la entidad, en un proyecto de más de 1.500 millones si se incluye todo el Espai Barça.
A ellos se le suman otros estadios como el renombrado Civitas Metropolitano. La casa del Atlético de Madrid, de tan solo cinco años de vida, no necesitará ningún tipo de reforma para la Copa del Mundo de 2030, aunque el club ya ha confirmado una inversión de 200 millones de euros en su entorno en un proyecto que comporta levantar una ciudad deportiva con hotel y espacios comerciales.
El RCDE Stadium, el Nuevo Mestalla, Reale Arena, San Mamés, El Molinón, La Romareda, La Rosaleda, el Estadio de Gran Canaria y Abanca Balaídos son el resto de instalaciones de clubes de LaLiga que se han postulado como sedes. Para el Valencia CF, albergar la Copa del Mundo puede convertirse en la última oportunidad de sacar adelante el Nuevo Mestalla, que ya cumple 15 años desde que se comenzara a construir. El conjunto che calcula una inversión definitiva de entre 300 y 350 millones de euros para que esté disponible a partir de 2024, mientras que el Real Zaragoza cifra en 150 millones el desembolso en la Nueva Romareda.
A ellos hay que sumarle el Estadio de la Cartuja en Sevilla, que fue sede de la pasada Euro 2020 y que alberga las finales de Copa del Rey y el Abanca Riazor, donde juega el RC Deportivo. De hecho, los cuatro partidos de la Euro 2020 celebrados en el recinto de la ciudad hispalense dejaron un impacto de 215 millones de euros en Andalucía. Por parte del país vecino, sus principales bazas son el Estadio do Dragão del FC Porto, el Estadio de Da Luz del SL Benfica y el José Alvalade del Sporting de Portugal, los tres construidos para la Euro 2004.
Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay apelan al centenario del primer Mundial
Precisamente, las infraestructuras son el punto débil de la candidatura sudamericana, ya que sólo el Estadio Monumental de River Plate podría albergar la final en estos momentos. Argentina ha destinado 100 millones de euros para la mejora de sus estadios, pero se desconoce la inversión prevista por el resto de países. Ese puede ser uno de sus argumentos ante Fifa, el de que este torneo sea el que permita hacer despegar a los clubes de la región con estadios más modernos y seguros.
De hecho, Argentina será el país que asumiría una mayor parte del presupuesto total del evento, pese a que la candidatura se gestionará desde Uruguay, tal y como ha anunciado el vicepresidente de Conmebol, Pablo Milad. “Se ha decidido que la corporación que va a organizar y será la central va a estar en Uruguay. Eso significa centralizar toda la información y la documentación en Uruguay para presentar la candidatura en el Congreso de Fifa”, ha asegurado el directivo chileno.
Según datos de la Fifa, la inversión realizada por parte de Qatar para el campeonato que se celebrará este invierno en Oriente Medio alcanza los 1.696 millones de dólares (1.655 millones de euros). Cifras aún alejadas de los 11.000 millones de dólares (10.734 millones de euros) de Rusia 2018, los 15.000 millones de dólares (14.637 millones de euros) de Brasil 2014 o los 3.900 millones de dólares (3.805 millones de euros) de Sudáfrica 2010.
Pese a las dudas para la financiación del Mundial, las federaciones confían en que desde la Fifa se adopten medidas para el abaratamiento de los costes y se aleje de las cifras de otras ediciones. En cuanto a la distribución de sedes, se espera que Argentina sea el país con más sedes, seguido de Chile.
De hecho, entre las previsiones se tienen en cuenta seis estadios en suelo argentino, cuatro en territorio chileno, tres en Uruguay y otros tres en Paraguay. Entre ellos, destacan el Estadio Monumental de Buenos Aires, casa de River Plate, el Estadio Centenario de Montevideo, el Estadio General Pablo Rojas de Asunción y el Estadio Nacional Julio Martínez de Santiago de Chile.
La fuerza de la candidatura sudamericana se concentra en el simbolismo del centenario de la primera Copa del Mundo, celebrada en Uruguay
Bajo el lema Juntos 2030 y conscientes de que presentarán una propuesta austera, la fuerza de la candidatura sudamericana se concentra en el simbolismo del centenario de la primera Copa del Mundo, celebrada en Uruguay. Los propios dirigentes reconocen la falta de inversión en infraestructuras por lo que apelan a la fuerza que tiene la efeméride. Por ello, desde el Estadio Centenario de Montevideo, sede de la primera final, las cuatro federaciones de la Conmebol presentaron su propuesta conjunta para albergar el evento.
Otra de las incógnitas que todavía quedan por despejar es la de Marruecos. El país del norte de África tiene intención de presentar su candidatura para organizar el torneo de selecciones más importante del mundo. Después de cinco intentos frustrados en el pasado- el último para la edición de 2026 en la que perdió ante la candidatura de Estados Unidos, Canadá y México-, la iniciativa marroquí buscó apoyos en otros países del del continente para presentar una candidatura conjunta.
Tras la negativa de Argelia y Túnez, se valoró la posibilidad de presentarse junto a España y Portugal. Una opción que también se acabó desvaneciendo y que obliga a Marruecos a asumir nuevamente una candidatura en solitario si quiere aspirar a organizar su primer Mundial y el que sería el segundo en el continente africano después de Sudáfrica 2010.
La propuesta de China, Japón y las dos Coreas es la que tiene menos opciones de salir adelante. Tanto por separado como mediante una candidatura conjunta, la opción asiática lo tendrá más complicado ya que la edición de 2022 ya se celebra en el continente asiático. Por último, en los próximos meses se decidirá si la iniciativa conjunta de Bulgaria, Grecia, Serbia y Rumanía, que se anunció en 2018, fructifica y se convierte en una candidatura oficial.