Revuelo en la WWE. La gestora de espectáculos de lucha libre ha anunciado la dimisión de su presidente y director general, Vincent McMahon, tras un escándalo que ha salpicado a la compañía por presunta mala conducta del alto ejecutivo. En su lugar, el consejo de la cotizada ha aceptado la promoción de su hija, Stephanie, que abandona la dirección de marketing.
La investigación también salpica al responsable de las relaciones con los luchadores, John Laurinaitis, que estarán fuera de la compañía “mientras dure el proceso”. El tema en cuestión es el presunto pago de McMahon a una empleada por mantener en silencio un asunto personal.
Con la promoción de Stephanie, además de mantenerse el apellido McMahon en el liderazgo de la compañía, se refuerza la presencia femenina en la gestora. Hace apenas diez días, la compañía anunciaba a Catherine Newman como nueva vicepresidenta ejecutiva. La británica es ex directora de marketing del Manchester United.
“Me he comprometido a cooperar plenamente con la investigación del comité especial y a aceptar las conclusiones y el resultado de la investigación, sean cuales sean”, ha asegurado el presidente saliente. Por su parte, la nueva máxima dirigente ha destacado que “es extremadamente importante para mí que tengamos un lugar de trabajo seguro”.
Más allá de este escándalo interno, el negocio de la WWE se ha recuperado con fuerza tras la pandemia. La gestora disparó su beneficio un 53% en el primer trimestre del año, hasta 62,5 millones de euros. La facturación alcanzó los 315 millones de euros, un 27% más interanual y récord de la marca en un solo trimestre.
