La carrera por hacerse con el diamante está a punto de arrancar. Los mejores atletas de todo el mundo darán el próximo 13 de mayo el pistoletazo de salida a la decimotercera edición de la Diamond League desde Doha. La reunión en Qatar -sede polémica ya hace unos años por las condiciones climatológicas que asumieron los atletas- dará inicio a un circuito de 13 reuniones que cuenta desde 2019 con Wanda como main sponsor y que reparte 7 millones de dólares (6,6 millones de euros) en premios. Todo ello, en un año en que los dos meetings programados en China no se celebrarán: Polonia asumirá una de las sedes, el circuito pasará de tener 14 meetings a contar con 13.
La llegada del capital chino al circuito de reuniones atléticas de World Athletics sirvió para elevar la competición a otra dimensión y atar su futuro al gigante empresarial asiático, entocnes volcado en el mundo del deporte. Wanda se hizo con los naming rights en 2019 y hasta 2029, pero el grupo no sólo da nombre a la competición, sino que con su llegada incluia un evento en China y acordó que su agencia de marketing, Infront, comercialice los derechos audiovisuales para el ciclo 2025-2029.
Pese a que China se ha caído como sede de dos meetings para este año por las restricciones provocadas por la pandemia, World Athletics ha afirmado que Wanda mantendrá su apoyo. Y no es una cuestión menor, ya que la aportación económica de la compañía del gigante asiático ha permitido mantener por encima de los 6 millones de dólares (5,6 millones de euros) los premios a los atletas, principal atractivo para posicionar a la Diamond League por encima de otras citas.
Las dos pruebas en China debían completar un calendario con nueve eventos en Europa (Birmingham, Roma, Oslo, París, Estocolmo, Mónaco, Lausana, Bruselas y Zúrich), uno en Eugene (Estados Unidos), uno en Doha (Qatar) y otro en Rabat (Marruecos). La entrada de Polonia eleva a diez el número de eventos en el Viejo Continente. España hoy no está preparada para optar a una parada, puesto que la organización pide ciudades con estadios para un mínimo de 12.000 espectadores y unos estándares mínimos de calidad de la pista y los equipamientos, así como asumir el coste de los premios económicos.
Junto a Wanda, el otro patrocinador principal es Omega, fabricante suizo de relojes de lujo que ejerce como cronómetro oficial de la competición, en una colaboración que se extiende desde la creación del circuito en 2010 y también le asegura que se celebren dos eventos en Suiza. El resto de socios de un rango inferior lo aporta cada una de las sedes para la celebración de su meeting.
La mayor parte del presupuesto del circuito se destina a recompensar a los participantes: 60.000 dólares (53.000 euros) para los ocho primeros clasificados de cada prueba en la final de la Diamond, de los cuales los ganadores obtienen 30.000 dólares (26.500 euros).
Pese a que la Diamond League se encuentra bajo el paraguas de World Athletics, en 2020 se tomó la decisión de que el circuito se gestionase mediante una empresa independiente. De este modo, los datos relativos al presupuesto global y al de cada una de las reuniones no se hacen públicos. El desembolso en 2011 de la liga de diamante alcanzaba los 50 millones de dólares (47,5 millones de dólares), según Reuters, aunque el impulso financiero de Wanda habría aumentado el presupuesto disponible.
World Athletics destinó 4,5 millones de dólares (4 millones de euros) a organizar el circuito de meetings antes de la pandemia
Por otro lado, la federación internacional de atletismo, que en 2019 apostó por renovar su formato para convertirla en la punta de lanza de su negocio, destinó 4,5 millones de dólares (4 millones de euros) a organizar el circuito de meetings antes de la pandemia. Fue un millón de dólares más que para organizar sus Mundiales y el equivalente a una sexta parte del presupuesto total del organismo en 2019, según se recoge en su última memoria anual, correspondiente a 2020.
Estos datos solo muestran lo que aporta World Athletics, pero no el presupuesto de cada una de las sedes para la celebración de las reuniones atléticas, pues buena parte del gasto lo asumen las ciudades anfitrionas. Eso sí, el desembolso de las ciudades por albergar alguna de las pruebas de la Diamond League no es fijo y varía en función de la instalación. En 2017, la Federación Francesa de Atletismo (FFA) informó que el meeting de París necesitó una inversión de 1,6 millones de euros, de los cuales un 25% se recuperaba con la venta de entradas. En Oslo de los 2,4 millones de dólares (2,3 millones de euros) de 2016 se pasó a un presupuesto de 1,9 millones de dólares (1,8 millones de euros), tras perder a su patrocinador principal.
El despliegue puesto en marcha en los últimos años se ha traducido en un interés mayor de la audiencia en la competición por lo que en la actualidad ya genera más atención mediática tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales. El propio informe de la federación internacional señala que la Diamond League es el segundo evento que generó más artículos en los medios después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y, por encima, de los Mundiales.