El Gobierno está dispuesto a poner cinco millones de euros anuales durante tres temporadas para acelerar el crecimiento de la Primera Iberdrola de fútbol femenino. Un total de 15 millones de euros que exigen antes un consenso de los clubes en torno a los estatutos que no acaba de llegar. Ayer hubo una nueva reunión en busca del deshielo, en la que el Consejo Superior de Deportes (CSD) puso sobre la mesa un nuevo redactado para la explotación de los activos comerciales. “Es ahí donde está el problema, porque incluso existe consenso sobre el reparto audiovisual”, explica el director general del organismo, Albert Soler, que atendió ayer a 2Playbook antes de afrontar ese encuentro.
Real Madrid, FC Barcelona y Athletic Club han decidido hacer frente común para exigir que haya un quorum del 90% en la adopción de decisiones, como adelantó 2Playbook, un blindaje que buscan precisamente para evitar que se les pueda forzar a colectivizar determinados activos comerciales, como podría ser una de las mangas de la camiseta o la U televisiva.
No es algo que se plantee por el resto de equipos, pero es algo que tampoco estaría dejando claro el borrador de estatutos aceptado por 12 de los 16 equipos, es decir, un 75% del total. El Real Madrid es el que más oposición está planteando en este punto, pues ya tiene numerosos contenciosos abiertos con LaLiga por esta misma cuestión, incluido qué diseño de los dorsales debe emplearse.
De ahí que Soler quiera desbloquear la situación con la elaboración de “un listado de lo que consideramos derechos comerciales colectivos y derechos individuales de los equipos, de manera que los clubes puedan ponerse de acuerdo en lo que la Liga puede o no comercializar”. Es de presuponer que, clasificados estos activos, el acuerdo podría ser relativamente rápido si hay voluntad, aunque hay margen de seis meses para llegar a una entente.
Soler comprende esta inquietud expresada por Barça y Madrid, ante casos hipotéticos en los que la futura gestora de la Liga Profesional de Fútbol Femenino decida que se comercializa de forma conjunta determinados activos en las equipaciones. Es un caso extremo y difícil de prever, pues la actual Primera Iberdrola la forman mayoritariamente equipos de LaLiga que ya tienen estrategias de venta individuales. De hecho, Soler se refiere sobre todo a cuestiones como el balón oficial, álbumes de cromos o acciones de marketing vinculadas a los patrocinadores.
De hecho, entre los 12 clubes alineados en torno a la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff) ven con escepticismo que esta fórmula vaya a servir, pues “la jurisprudencia es clara y los derechos siempre son individuales, por lo que en última instancia tendríamos que ponernos de acuerdo en qué queremos colectivizar”. Y, en este sentido, la oposición formal del Gobierno a la Superliga no ha hehco otra cosa que soliviantar al Real Madrid, que en la reunión de ayer se mostró mucho más duro con el proyecto, según testimonios del encuentro.
“Tenemos que intentar ponernos de acuerdo en lo que la Liga puede comercializar y en lo que no puede comercializar”, insiste Soler, que considera que debe haber consenso sobre este punto si también lo hay en el reparto de los ingresos audiovisuales que se produzcan. De hecho, la fórmula en la que todos están de acuerdo es que se usen unos criterios similares a los de LaLiga, en los que se tienen en cuenta el rendimiento deportivo, las audiencias y la implantación social.
Pese a los seis meses formales que quedan de margen para negociar, las fuentes consultadas indican que no hay tanto tiempo, pues los equipos independientes como el Granadilla o el Sporting Huelva han visto drásticamente reducidos sus ingresos por la rescisión del contrato con Mediapro, que renunció a mantener su contrato ante la inseguridad jurídica que provocaba esta situación. Además, mientras no se constituya la gestora de la competición tampoco se producirá el desembolso de 5 millones de euros que el Gobierno ha comprometido en los Presupuestos Generales del Estado para 2022.
El compromiso se extiende por tres años, para un total de 15 millones que deben apuntalar la consolidación de la Liga Profesional de Fútbol Femenino como un producto de entretenimiento atractivo para televisiones y patrocinadores. “En este periodo, donde vamos a invertir específicamente en fútbol femenino, queremos que coja velocidad de crucero para que la organización genere por sí misma para mantener su estructura”, sostiene Soler.
Actualmente, los ingresos propios de la máxima categoría se dividían principalmente en tres bloques: 2,5 millones de euros de Mediapro por las retransmisiones, a los que añadió 1,1 millones más para desbloquear el convenio colectivo; otros 1,6 millones de LaLiga en concepto de ayudas a la Acfff, y 1,2 millones que, como mínimo, llegaban de Iberdrola a través del programa Universo Mujer.
En la actualidad, el presupuesto de los equipos es desigual. Según la Fifa, el presupuesto medio del torneo se sitúa en 513.000 euros, si bien clubes como el FC Barcelona prevén contar con 7,5 millones de euros en 2021-2022, una temporada que estima cerrar con unas pérdidas de 2,3 millones de euros.