La NBA ha sido una de las pocas competiciones que ha logrado plantar cara a la Covid-19 y salvar gran parte de sus ingresos. Pese a los esfuerzos por finalizar la competición en la burbuja de Disney World, la liga norteamericana de baloncesto ha cerrado la temporada 2019-2020 con una caída de su cifra de negocio del 10%, hasta 8.300 millones de dólares (7.060 millones de euros), según Espn.
El principal agujero en la facturación de la competición ha sido la partida de matchday, donde se incluye la venta de entradas y el resto de ingresos derivados de la actividad en los días de partido. La NBA dejó de ingresar en torno a 800 millones de dólares (680,4 millones de euros), a los que se añaden otros 400 millones de dólares (340,2 millones de euros) que se dejaron de facturar en patrocinio y merchandising.
Pero la caída de los ingresos no sólo tiene que ver con la Covid-19. Al annus horribilis de la pandemia se añade el conflicto diplomático abierto con China antes de comenzar la temporada, que se ha saldado con un impacto negativo de 200 millones de dólares (170 millones de euros). En septiembre de 2019 se cancelaron las giras de pretemporada, se cortaron los canales de venta de productos oficiales y se suprimió el acuerdo televisivo, que no ha vuelto a ser restaurado hasta el penúltimo partido de las Finales de 2020, un año después.
En total, solo con estas tres partidas la NBA ha dejado de ingresar 1.400 millones de dólares (1.190 millones de euros). Al impacto en la facturación hay que añadir los costes extraordinarios que requirió la preparación de la burbuja, superiores a 190 millones de dólares (161,6 millones de euros).
La NBA ha dejado de ingresar 1.400 millones de dólares en matchday, patrocinio y China
Ahora bien, gracias a haber reanudado la temporada, la NBA logró salvar más de 1.500 millones de dólares (1.275 millones de euros). De no haber jugado, la pérdida de ingresos se habría duplicado respecto a la que finalmente se ha producido.
La previsión de cara a 2020-2021 es incluso peor, ya que la liga baraja un escenario en el que se tenga que jugar toda la temporada a puerta cerrada. Los ingresos por matchday aportan el 40% del total de la NBA, por lo que el peor de los escenarios dejaría un agujero de más de 4.000 millones de dólares (3.402 millones de euros) en sus cuentas.
La liga trabaja esta semana para cerrar con el sindicato de jugadores (Nbpa, por sus siglas en inglés) el acuerdo sobre el arranque de la temporada 2020-2021. La intención de la competición es empezar días antes de Navidad para salvar uno de los principales activos televisivos y más de 500 millones de dólares (425 millones de euros) en ingresos. De hecho, se prevé que empezar más tarde de las fechas navideñas supondría dejar de ingresar entre ese importe y 1.000 millones de dólares (858 millones de euros).
En el centro de las negociaciones no sólo se encuentra el inicio de la temporada y el formato que tendrá el calendario sino, sobre todo, el recorte que habrá sobre el límite salarial de los equipos (su techo de gasto). Si se siguiera la fórmula habitual para hacer su cálculo anual, se desplomaría en casi 20 millones de dólares por equipo, desde 109 millones a 90 millones de dólares.
En otras palabras, la mayor parte de las franquicias entrarían en el denominado impuesto de lujo, pagando una tasa extra por cada dólar que se pasan del límite salarial. La otra opción sería acogerse a una de las cláusulas del convenio colectivo para recortar directamente el salario de los jugadores, un movimiento que la NBA paralizó en abril tras un primer intento de los Philadelphia Sixers. La liga, además, concedió una moratoria a la posibilidad de suspender el actual convenio colectivo, según el cual se rige la relación entre propietarios y jugadores, para explorar alternativas negociadas con el sindicato.
Hasta ahora, tanto el sindicato como la NBA han llegado a acuerdos en todas las medidas que se han adoptado. El objetivo de la liga es definir cuanto antes el calendario para poder acometer el mercado de agentes libres con los límites salariales fijados. De empezar a finales de diciembre, además, la liga podría comenzar 2021-2022 en sus fechas habituales, evitaría coincidir con los Juegos Olímpicos y solaparse de nuevo con la NFL en septiembre.