La Corte Suprema de Estados Unidos se adelanta a la propia NCAA y falla en contra del sistema universitario. El máximo tribunal del país ha votado por unanimidad que la liga universitaria no pueda prohibir que los atletas reciban pagos o ingresos más allá de la beca universitaria anual pero siempre relacionados con la educación. El fallo pone en jaque el modelo tradicional de la NCAA, que hasta ahora prohibía y sancionaba este tipo de situaciones.
Tras el fallo, los denominados como estudiantes-atletas podrán tener beneficios económicos mientras dure su etapa universitaria. Según la sentencia, la NCAA estaba “violando las leyes de competencia al establecer los límites relacionados con la educación y los beneficios que las universidades pueden proveer a los deportistas”.
De esta forma, cualquier universidad podrá ofrecer a un deportista una compensación sin restricciones siempre y cuando esté conectada con la educación. Ahí entran desde pagos económicos hasta regalos u otro tipo de compensaciones, donde también pueden figurar ingresos por patrocinio o venta de derechos de imagen. En ningún caso se tratará de un salario propiamente dicho, pero sí se podrá abrir la puerta a otro tipo de retribuciones para financiar equipamiento para entrenar o estudiar, como ordenadores, bicicletas, cubrir desplazamientos...
Estas prácticas, hasta ahora prohibidas, han sido habituales desde hace décadas, siempre bajo la alfombra, con sonadas sentencias contra sus promotores, desde agentes, representantes de marcas o famosos entrenadores, como Rick Pitino. La clave de la sentencia es que no se indica que tengan que ser las propias universidades las que corran con esos gastos, abriendo la puerta a terceros.
“La NCAA no está por encima de la ley, y sus argumentos de no pagar a los atletas por ser estudiantes tienen una etiqueta inocua que no puede disfrazar la realidad: su modelo sería ilegal en casi cualquier otra industria de Estados Unidos”, se destaca en el informe. Esa noción se ha mantenido durante los 115 años de historia de la NCAA, que se ha escudado en la idea del amateurismo para justificar esta práctica.
La NCAA ha perseguido y sancionado el cobro por parte de los atletas en más de 115 años
Los atletas, sin embargo, cada vez dan el salto antes al profesionalismo y rara vez cumplen todo el ciclo universitario. De hecho, tienen que pasar un año en la NCAA o en una liga extranjera antes de competir en ligas como la NBA, una norma que pasará a abolirse con la bajada del límite de edad a 18 años, o con la intención de que la G-League ofrezca contratos de hasta 125.000 dólares a jugadores que no pasen por la liga universitaria.
La decisión de la Corte Suprema se produce después de que hasta 19 estados hayan aprobado leyes para acabar con el amateurismo en la NCAA y que los atletas puedan generar sus propios ingresos. Al menos otra media docena mantiene abierto el debate político. El caso se produce después de que el atleta Alston demandara a la NCAA, un caso histórico que ha tardado siete años en resolverse.
La sentencia ha llegado antes incluso de que la NCAA votara a favor o en contra de otro debate sobre la mesa, también a raíz de la denuncia de otros exatletas: permitir a los atletas cobrar sus derechos de imagen. Si bien la Corte Suprema no ha determinado nada sobre los derechos por el uso del nombre y la imagen de los deportistas, la NCAA sí tendrá que pronunciarse. La votación se ha ido posponiendo en sus asambleas y no incluía el cobro de ingresos por terceros, solo por la explotación de sus derechos de imagen. “La sentencia de hoy remarca el tratamiento injusto que se ha dado siempre a los atletas”, ha destacado el senador Chris Murphy.