La Copa Davis de la ITF va tomando forma ya sin Kosmos como organizador de la cita. La Federación Internacional de Tenis (ITF) ha anunciado que Málaga albergará la fase final al igual que el año pasado. Las otras cuatro sedes donde se jugará la fase de clasificación serán Valencia y Bolonia, que ya albergaron dicha instancia el año pasado, Mánchester y una ciudad croata que se dará a conocer próximamente. Estas ciudades albergarán en septiembre la fase previa a las finales.

La cita, que este año ya no contará con el patrocinio de Rakuten tras la ruptura entre la ITF y Kosmos, sí tendrá el apoyo de Juvé & Camps y la cervecera Victoria, que mantienen una posición de espónsors junto a otros socios institucionales como la Junta de Andalucía; la Diputación y el Ayuntamiento de Málaga; la Generalitat Valenciana, así como la Diputación y el Ayuntamiento de Valencia, y las instituciones públicas de Bolonia, Manchester y Croacia.

La ITF ha sumado el apoyo de la ATP y los cuatro Grand Slams de tenis tras tras la ruptura con Kosmos. En un comunicado conjunto, publicado semanas atrás por la junta formada por estos cuatro torneos, se afirmó que “proteger la herencia del deporte y salvaguardar las competiciones de equipos importantes como la Copa Davis y la Copa Billie Jean King es una prioridad para la comunidad mundial del tenis y atraerá toda la atención de los Grand Slams”. La junta añadió que estos torneos apoyarán a la Copa Davis, “reconociendo su importancia histórica y su importante papel en el creciente compromiso con nuestro deporte en todo el mundo”.

La Federación Internacional de Tenis, por su parte, ha rehusado hacer comentarios al respecto de la ruptura con Kosmos apuntando a motivos de confidencialidad. Eso sí: ha declarado que se ha asegurado los fondos contingentes para garantizar que la Copa Davis en 2023 se organiza según lo previsto.

Las contingencias financieras a las que hacía referencia la ITF es al desbloqueo de un pago de 25,4 millones de dólares abonado por la empresa de Gerard Piqué, y del que la ITF sólo podía disponer en caso de incumplimiento de contrato o rescisión, según consta en la memoria anual del organismo.