El fútbol femenino estrenará esta temporada convenio colectivo, pero hay otros frentes en los que los clubes siguen trabajando. Uno de ellos es el de la crisis del Covid-19 y los problemas que origina en la ejecución del campeonato, y ahí es donde están batallando los participantes de la Primera Nacional femenina. De no cambiar nada, en 2020-2021 se producirán 35 descensos, un tercio del total.
“Ninguna otra competición nacional masculina o femenina tendrá ese porcentaje de descensos”, denuncia la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff), que reúne a más de cuarenta equipos del equivalente a la Tercera División de esta disciplina. “Supone no sólo un grave problema a la hora de impulsar y dotar de estabilidad a la competición, sino además una grave discriminación”, sostienen.
Este sería el último inconveniente de unas bases reguladoras de la competición que critican porque tampoco establece las mismas reglas del juego para todos. La Real Federación Española de Fútbol (Rfef) ha dividido a los 98 equipos en subgrupos con fases y en grupos con liga regular a doble vuelta, en función del área geográfica.
“Dispara el agravio comparativo y competitivo de los participantes, con sistemas de puntuación absolutamente dispares dependiendo de la configuración como subgrupo o grupo, y que distorsionan y dejan en entredicho una de las máximas de cualquier competición como es la igualdad de condiciones”, denuncia la asociación, que en verano remitió una serie de propuestas para la categoría que, denuncian, no han sido atendidas.