Este fin de semana, Irun acogerá la primera Copa de España de balonmano, la heredera de la Copa Asobal, que cambia de nombre y de organizador tras la profesionalización de la Liga Asobal. Sin embargo, a estas horas del miércoles, ningún equipo de la élite del balonmano español tiene previsto disputar el torneo. El motivo es el plantón que los clubes realizarán a la Real Federación Española de Balonmano (Rfebm), nueva gestora del campeonato, tras no contar con “garantías suficientes” de que se respetarán los acuerdos adquiridos previamente con los patrocinadores y su socio audiovisual (LaLiga+), según ha informado en un comunicado. Ningún club ha votado en contra de la medida, que pone en seria duda la celebración de la competición.

Todo ello viene de hace justo un mes, cuando Asobal informó de que la Rfebm le había prohibido organizar su Copa. La Federación alegaba que el convenio de coordinación con la asociación de clubes, y en la que se estipula que ésta organizaría la competición, expiró el pasado 30 de junio. Asobal, por su parte, defendía que, hasta que no se firmara un convenio nuevo –ya con la liga profesionalizada– debía imperar el último acuerdo entre las partes. Y recordaba que, más allá del 30 de junio, “hay partes del convenio que sí se han efectuado, especialmente aquellas que benefician al ente federativo en el tema económico”.

A los pocos días se pareció llegar a una entente, en mitad de las negociaciones sobre ese clave convenio de coordinación, y el campeonato se renombró como Copa de España y se mantuvo la sede negociada por Asobal: el Pabellón Artaleku de Irun. Sin embargo, y con el sorteo previsto para este jueves por la mañana, la asociación de clubes ha tomado esta decisión “tras situarse la negociación entre las dos partes –iniciada un mes atrás– en un incomprensible punto muerto a unos días de la disputa del torneo”, ha apuntado Asobal en su comunicado.