La Fórmula 1 también toma partido sobre el conflicto armado en Ucrania. Tras la invasión rusa, la competición automovilística, propiedad del holding estadounidense Liberty Media, ha asegurado este viernes que “es imposible celebrar el Gran Premio de Rusia en las circunstancias actuales”. Varios pilotos ya habían solicitado en las últimas horas no acudir al país.
Así, en un escueto comunicado, la gestora ha decidido dejar en stand by la carrera, que se debía celebrar el 25 de septiembre. Por ahora, la F-1 no ha anunciado si el evento será sustituido por otro y qué circuito acogería a la competición durante ese fin de semana.
La Fórmula 1 se reunió este jueves con las escuderías. En ella se acordó cancelar la prueba y solicitar “una resolución rápida y pacífica de la situación actual”.
Además de la anulación del Gran Premio, el equipo norteamericano Haas estudia rescindir el contrato de su patrocinador ruso Uralkali. Se trata de uno de sus grandes partners, por el cuál el coche lleva los colores de la bandera rusa. La compañía de fertilizantes es propiedad de Arkadievich Mazepin, padre del piloto del equipo, Nikita Mazepin.
Por ahora, el equipo ha retirado las pegatinas de Uralkali de su monoplaza en los test de pretemporada que están realizando los equipos de F-1 estos días en Barcelona. Con ello, Haas sigue la tendencia internacional de romper o estudiar la rescisión de los contratos de patrocinio que mantiene el deporte con empresas y organismos rusos. En juego hay más de 340 millones de euros en relaciones comerciales.