La Bundesliga no dará entrada a fondos de inversión en su negocio; al menos, con la fórmula planteada ayer. En una votación secreta, a petición de los 36 clubes del fútbol profesional alemán, no se alcanzaron los dos tercios necesarios para que la DFL –la gestora de la liga– iniciara conversaciones con diversos fondos, interesados en inyectar hasta 2.000 millones en sus equipos para impulsar su negocio. A cambio, se quedarían con el 12,5% de los derechos televisivos nacionales e internacionales de los próximos 20 años.
Varios medios locales apuntaron que, si bien no se conocen los resultados de forma oficial, la medida habría sido rechazada, principalmente, por la oposición generalizada de los clubes de Segunda División y de algunos de Primera, como el Colonia y el Eintracht de Frankfurt, que se habían posicionado públicamente en contra de la entrada de inversores externos. Según Kicker, 20 clubes votaron a favor (se requerían 24); once, en contra; y los cinco restantes se abstuvieron.
El objetivo de la DFL era que, de los 2.000 millones, un 45% fueran destinados a mejoras en infraestructuras y otro 40% a digitalización. El 15% restante sería de libre uso para los clubes. Al respecto de este rechazo, el ex director general de la DFL, Christian Seifert, declaró ayer mismo que, de los 36 equipos de la DFL, “sólo diez clubes tienen ambiciones internacionales”.
El presidente del consejo de supervisión de la liga, Hans-Joachim Watzke, se ha mostrado resignado tras la votación: “A veces la vida es sencilla. Así es la democracia. Había una mayoría clara, pero no la que queríamos. A partir de hoy, por tanto, la cuestión está zanjada”. Eso sí, el ejecutivo, rmáximo dirigente del Borussia Dortmund, uno de los equipos que abogaban por esta entrada de fondos, ha cargado contra los clubes indecisos: “Quien se abstiene en un tema tan central, me sorprende un poco, pero cada uno puede hacer lo que quiera”.
De haber salido adelante la votación, el siguiente paso era formalizar la filial donde se agruparían los derechos audiovisuales de la Bundesliga, tanto nacionales como internacionales, y decidir a quién venderían ese paquete del 12,5%. Pese a la incertidumbre que ha rodeado este proyecto de la DFL desde hace más de un año, y que llevó a la dimisión de la directora general el pasado diciembre, Donata Hopfen, hasta tres fondos internacionales mantenían un interés formal en la operación: CVC, Blackstone y Advent.
¿Un cambio en la estructura?
En opinión de Seifert, existe un problema en la estructura de la Bundesliga a la hora de la toma de decisiones. “La mentalidad de tener que invertir para mantenerse a la altura internacional” no incumbe a un gran número de clubes de la Primera y Segunda División alemana, a los que el negocio internacional de la liga no les repercute. En cambio, este pensamiento “hará que unos pocos clubes –los más relevantes– lo pasen aún peor a nivel internacional”, aseguró en una conferencia este miércoles.
Por ello, el ex director general es crítico con la idea de una estrategia conjunta, porque conduce a un “estancamiento estratégico”. “Es la ley de la conservación de la energía: si todo el mundo tira en direcciones diferentes, al final no se moverá nada”, aseguró el máximo ejecutivo de la Bundesliga durante 12 años, hasta 2021.
