Al final, la Bundesliga también acepta la entrada de un fondo inversor en su negocio. Tras un primer rechazo el pasado mayo a la propuesta, promovida por los equipos más poderosos, de firmar un acuerdo estratégico –al estilo del que mantiene LaLiga con CVC–, la mayoría de clubes ha cambiado de parecer y ha votado a favor de que una firma inversora externa se haga con hasta el 8% de sus ingresos comerciales durante los próximos 20 años. Se desconoce la inyección que recibiría la liga alemana y sus clubes, que en primavera tenían una oferta de 2.000 millones por el 12,5%. Está previsto que el proceso de negociación concluya a finales de marzo de 2024.
La DFL, gestora del campeonato, ha rebajado el porcentaje en venta para, previsiblemente, convencer a los clubes de Segunda División, que en mayoría se oponían al acuerdo inicial y fueron claves en aquella primera votación. Sin embargo, también algunos de Primera, como el Colonia y el Eintracht de Frankfurt, se habían posicionado públicamente en contra de la entrada de inversores externos. Esto enfadó a FC Bayern Múnich y Borussia Dortmund, que se sentían principales afectados por esta medida. Este pensamiento “hará que unos pocos clubes –los más relevantes– lo pasen aún peor a nivel internacional”, aseguró entonces el ex director general de la DFL, Christian Seifert.
La intención de la DFL es, como ya hicieran antes LaLiga o la Ligue-1 con CVC, crear una nueva compañía en la que se incluirán los derechos de televisión globales y los activos comerciales (patrocinios de la liga, por ejemplo). Casualmente, la primera liga que arrancó con este plan para dar entrada a fondos extranjeros a su negocio, la Serie A italiana, ha sido, junto a la Premier, la otra gran liga del fútbol europeo que todavía no ha cerrado un acuerdo de este tipo tras su primera marcha atrás después de la pandemia.