Tras varios meses operando en la sombra y con Florentino Pérez ejerciendo de portavoz, los promotores de la Superliga decidieron hace unas semanas que debían cambiar la estrategia. Nombramiento de CEO y portavoz, el alemán Bernd Reichart, y una apertura hacia los medios. Hoy se daba un paso más con un encuentro con periodistas, en el que también quedó claro otro de los giros de guion. Si en 2021 todo giraba en torno al modelo de competición y el riesgo de perder a los aficionados jóvenes, ahora el foco se pone en el modelo de gobernanza.
“La Uefa vive en una situación cómoda porque no tiene competencia, no asume ningún riesgo empresarial, ni gastos, ni tiene la necesidad de innovar. Viven del sudor y esfuerzo de los clubes, a quienes después no hacen partícipes en la definición de su futuro”, ha señalado el ejecutivo, rodeado de los abogados de Clifford Chance, que lideran el frente legal tanto en Madrid como en Luxemburgo.
Porque ahí es donde está el principal pulso y se dirime el futuro de A22 Sports Management, que ha relevado a European Super League Company como actor principal, pese a que la primera es propietaria de la segunda. Esta agencia, que es la que ha diseñado todo el proyecto y es la que buscó la financiación inicial, está controlada por Anas Laghari, socio de Key Capital y persona de confianza de Florentino Pérez; y John Hahn, exsocio de Providence, fondo que ha aportado 250 millones al Real Madrid para apoyar su negocio comercial; ambos sentados hoy en primera fila pese a la ausencia de José Ángel Sánchez, CEO del Real Madrid y quien sirvió de reclamo en la convocatoria.
Vacíos de legitimidad política, pues dicen no representar a Real Madrid, FC Barcelona o Juventus, su última carta es que el Tribunal General de la Unión Europea (Tjue) avale que Uefa o Fifa no pueden impedir la aparición de torneos internacionales de clubes al margen de la actual pirámide competitiva.
Si les dieran la razón, las voluntades de los clubes que dijeron que sí a la Superliga y después retrocedieron podría cambiar. “Es un sector que no está bien gestionando y merece ser cuestionado su status quo con innovación y nuevas propuestas”, ha criticado Reichart, que hoy tampoco ha querido aclarar qué modelo de competiciones proponen, más allá de insistir en que han descartado la vía de las plazas blindadas y se abogará por acceso en función del rendimiento deportivo.
Tras la emboscada que tuvo que asumir semanas atrás en Nyon, el ejecutivo alemán se ha dado por satisfecho con “el compromiso de Uefa de no sancionar a los clubes con los que hemos entrado en diálogo”. Especialmente, porque su denuncia sostiene que la confederación abusa de su posición de dominio e impide la competencia efectiva de terceros.
“Se ha amenazado a los clubes que mostraron interés con sanciones que llevarían a la quiebra a más de uno; las penas que proponen es exclusión de las competiciones, incluso las ligas nacionales”, ha explicado Luis Alonso, socio-director del área mercantil y de la de deportes en Clifford Chance. “Lo que se está juzgando la posición de monopolio de Fifa y Uefa ostentan sobre el fútbol europeo y su compatibilidad con las normas, libertades y principios de libre competencia de la UE”, ha remarcado en el inicio de su intervención.
El socio del despacho con sede en Londres ha sostenido que Uefa ha mantenido “su régimen” de control sobre el fútbol europeo a base de autorregulación. Para sostener su afirmación, se ha apoyado en dos artículos de sus estatutos validados por su asamblea. Uno, el que le da “la jurisdicción única para organizar o suprimir competiciones internacionales en Europa en las que asociaciones miembros o sus clubes participan”. El otro, el que establece que “no podrá haber combinación o alianza entre sus asociaciones miembro, o entre ligas y clubes afiliados, sin permiso de Uefa”.
Eso es lo que los demandantes confían que también vea tanto el abogado de la UE, que emitirá su informe no vinculante el 15 de diciembre, como el propio tribunal, cuya sentencia podría llegar en el primer trimestre de 2023. “La Superliga es una necesidad estructural y se irá adaptando a la realidad que exista después del fallo”, ha avanzado Reichart, más moderado en sus referencias a Uefa. Es decir, que confía en que A22 Sports Management pueda continuar promoviendo una reforma de las competiciones de clubes como la Champions League o la promoción de modelos alternativos.
Reichart: “La Superliga es una necesidad estructura y se irá adaptando a la realidad”
La razón no es otra que Alonso, de Clifford Chance, ha descalificado a ECA como un interlocutor válido o independiente para liderar cualquier negociación sobre el futuro de la pirámide, competitiva, pese a que hoy represente a más de 245 equipos y cuente con el apoyo de todos los clubes participantes en torneos europeos menos Barça, Madrid y Juventus. “Es una asociación de clubes financiada por Uefa que en todos sus principios se supedita a Uefa; no se puede separar a una de otra”, ha aseverado.
En este punto, es cierto que, si bien se han dado pasos para hacer más partícipes a los clubes en la toma de decisiones, no es menos cierto que apenas tienen capacidad de influencia en los principales órganos de gobierno, como son la asamblea o el comité ejecutivo.
Mientras que ligas nacionales y ECA defienden mantener el actual ecosistema, Fernando Irurzun, socio-director del área de litigación de Clifford Chance, ha recordado que el Libro Blanco del Deporte, avalado por la Comisión Europea, sostiene que “no es realista definir un modelo unificado de organización del deporte en Europa”.
Y ahí ha recordado que el 6 Naciones de rugby es un torneo 100% privado, con plazas fijas y que nadie cuestiona. O que La Vuelta y el Tour son, ambos, propiedad de Amaury Sports Organisation (ASO) y nadie cuestiona su legitimidad, si bien se producen en coordinación con sus respectivas federaciones nacionales y la UCI. En cambio, “el modelo de la Champions League se parece a una pirámide lo que yo a un cura”, ha concluido.