La Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) lleva tres años trabajando en el futuro del tenis profesional y prepara importantes cambios de cara al 2023. La ATP ha anunciado una reordenación del circuito Challenger que comportará aumentar un 60% el prize money, hasta 21,1 millones de euros.
Hasta ahora, el total de premios que había en liza en el Challenger Tour era de 13,3 millones de euros. El cambio se va a notar sobre todo en los torneos Challenger 100, pasando de los 106.000 euros a los 130.000 euros, y en los Challenger 75, pasando de los 53.000 euros a los 80.000 euros. Además, la nueva distribución de premios permitirá otorgar mayores premios económicos en las primeras rondas.
Por lo que respecta al calendario, se espera alcanzar los 195 eventos durante el 2023, lo que supone 12 torneos más que los que se van a celebrar en 2022 y estarán mejor equilibrados según el tipo de superficie y la región del mundo en el que se celebren.
Por otro lado, la ATP reducirá el número de categorías. En consecuencia, se eliminarán de forma gradual los torneos Challenger 90 y 110, y se pasará de seis a cuatro categorías. Esto comportará triplicar el número de eventos Challenger 100 y 125.
El presidente de la ATP, Andrea Gaudenzi, ha asegurado que “el nuevo plan aumenta el potencial de ganancias para los jugadores y mejora el equilibrio de las categorías de torneos, superficies y regiones. También pone un enfoque renovado en el aumento de los estándares de los torneos”.
Estos cambios forman parte de la estrategia Onevision que lanzó la ATP en junio para apuntalar su futuro, incrementar el negocio generado y el público al que se dirige. La estrategia consta de dos fases. La primera arrancará el próximo enero y va dirigida a alinear los intereses de los jugadores y de los torneos para generar un producto tenístico más premium con el fin de impulsar el ecosistema económico del tenis. En esta primera fase, donde se enmarcan los cambios en el Challenger Tour, se producirán alteraciones en el calendario, en la categoría de los torneos, la bolsa de premios económicos, la gobernanza y los derechos o activos de cada evento.
La segunda, para la que aún no hay fecha de inicio, plantea unificar todo el ecosistema del deporte de la raqueta, que tradicionalmente ha estado muy fragmentado entre varias entidades: la ATP, la WTA, la Federación Internacional (ITF) y los cuatro grand slams: Roland Garros, Wimbledon, US Open y Open de Australia.