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La ACB insta a los clubes a renunciar al ‘ticketing’ en 2020-2021 y descarta pedir un rescate al CSD

Pese a la presión desde diciembre de algunos clubes, la competición se limitará a hacer de interlocutor con aquellos que aspiren a recibir parte de los fondos europeos y compensar la caída de ingresos por el cierre de pabellones. Hay equipos en contra.

ACB grada covid-19
ACB grada covid-19

La ACB sigue los pasos de LaLiga y también da por hecho que no habrá ingresos por ticketing en 2020-2021. La patronal de clubes de baloncesto ha solicitado a sus 19 integrantes que actualicen su presupuesto y eliminen toda partida ingresos relacionada con taquilla y abonados, según ha podido saber 2Playbook. Es un primer paso para medir en un informe el agujero económico de la Covid-19, al que hay que añadir la pérdida de patrocinios locales, según les explicó su presidente, Antonio Martín, en la asamblea del pasado viernes.

El objetivo es recabar información económica, con vistas a que los clubes que lo deseen puedan cifrar el impacto exacto en sus cuentas que está provocando la pandemia y las restricciones que se vienen aprobando por parte de las administraciones públicas. Es una información que saben que exigirá el Consejo Superior de Deportes (CSD) para evaluar un posible rescate a través de los fondos europeos, una idea que varios clubes barajan desde hace al menos dos meses, como ya adelantó este medio el pasado 21 de diciembre.

Fuentes presentes en el encuentro afirman a este medio que Martín dejó claro que en ningún caso la ACB pedirá un rescate para toda la competición al Gobierno, ni está coordinando ningún tipo de acción por el estilo. Lo que sí ha requerido es reunir la información económica para facilitarla al CSD antes de que empiece la Copa del Rey, que arranca este jueves 11 de febrero, y ejercer de interlocutor si es necesario.

La razón no es otra que hay una corriente no menor dentro de la asociación que considera que no tiene sentido pedir dinero público cuando hay sectores más estratégicos para el país que pueden necesitar más esos fondos, pero sobre todo porque son minoría los clubes que antes de plantearse el rescate han aplicado planes de choque. “No puedes ir al mercado de invierno, realizar tres fichajes y después pedir fondos públicos para cuadrar las cuentas”, critican desde uno de los principales clubes.

Durante este proceso, la voluntad de la patronal es actuar como intermediario entre los clubes y el Gobierno, dando a conocer al CSD cuál es la magnitud del golpe provocado por la pandemia en el negocio de los clubes. De ahí que haya pedido actualizar los presupuestos, especialmente a aquellas entidades que previeron ingresos por venta de entradas y abonos, a pensar que se desconocía cuándo se podrían abrir los pabellones al público. De hecho, la patronal ya pidió el pasado verano a las directivas que no presupuestaran ingresos por matchday.

Es algo que han cumplido a rajatabla TD Systems Baskonia, Barça Bàsquet y el Real Madrid Baloncesto (4 millones al año que ya no contempló en su presupuesto), contrarios a pedir el rescate. También lo ha hecho Lenovo Tenerife, mientras que su vecino Herbalife Gran Canaria presupuestó 500.000 euros por abonos y 60.000 euros por taquilla, apenas 20.000 euros menos que en el presupuesto del año anterior.

La ACB está en permanente diálogo con el CSD, pero no se ha solicitado un rescate económico

Se trata de un negocio que en 2018-2019 generó unas ventas de 33,4 millones de euros entre todos los clubes de la ACB. Hasta el momento se ha perdido más del 50% de esos ingresos, puesto que se ha superado el ecuador de la temporada y las gradas continúan vacías y sin fecha para el regreso de los aficionados. Precisamente esa fue la reivindicación de Antonio Martín el pasado diciembre, cuando la ACB publicó una carta abierta en la que alertaba del impacto económico y pedía al Gobierno que abriera parcialmente los recintos deportivos.

Semanas después empezó la tercera ola y tanto la ACB como LaLiga se emplazaron a una nueva reunión con la ACB después de Navidad, aunque la situación para entonces aún era peor. Ahora, la patronal aspira a preservar el diálogo que prácticamente ha mantenido de manera diaria con el organismo que preside Irene Lozano, pero recalca que no ejecutará ninguna petición de rescate conjunta, pues hay equipos de la ACB que no apoyan esta posibilidad.

Otros lo ven con buenos ojos, al sentir que se ha dado un agravio comparativo al no permitir la entrada parcial de aficionados a los pabellones como en el deporte no profesional, y al no recibir ayudas económicas como sí ha ocurrido en el sector cultural. Entre estos estarían Joventut de Badalona, Bàsquet Manresa, Gipuzkoa Basket o Fuenlabrada. Por ese motivo, durante la asamblea del pasado viernes algunos clubes pusieron sobre la mesa la solicitud de ayudas el Gobierno, una cuestión que se trató brevemente durante la reunión.

Algunos clubes de la ACB piden apoyo económico al CSD procedente de los fondos europeos; otros se desmarcan de esta petición

Se acordó cuantificar el roto económico para presentar esa información al CSD, aunque finalmente serán los clubes lo que soliciten las ayudas a su debido tiempo, en lugar de hacerlo de manera conjunta ante la falta de unanimidad. Es una situación que dificulta el éxito de esta jugada, sobre la que el CSD ya ha planteado varias reservas tras la petición de tres millones de euros por parte de Asobal.

Por otro lado, la actualización del presupuesto es una petición habitual por parte de la ACB u otras entidades, como la Euroliga, que están obligadas a realizar un control económico. “Es un procedimiento que se da todos los años, pero que en esta ocasión permitirá medir el impacto de la Covid-19”, afirma el presidente de un club de la ACB.

“El impacto se nota en el ticketing, los abonos, los patrocinios locales y el sobrecoste de los protocolos de seguridad”, explican. También se han reducido otros gastos de explotación, como los asociados al día de partido, como la seguridad del pabellón y el control de accesos o el consumo energético. De ahí que sea necesario tener una fotografía de la situación.

Algunos clubes señalan que el impacto en el patrocinio no es tan profundo como el del matchday (ninguno de ellos ha perdido a su patrocinador principal), aunque está relacionado con la puerta cerrada. “Al no tener público, algunos patrocinadores locales han finalizado sus contratos al no poder hacer activaciones”, afirman. Los ingresos por publicidad son la principal línea de negocio de los equipos, con unas ventas agregadas de 53,7 millones de euros en 2018-2019.

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