La ACB logra salvar el golpe de la pandemia. La gestora de la liga española de baloncesto esquivó las pérdidas y minimizó la caída de ingresos en un año en el que casi la totalidad de la temporada y sus principales eventos (Copa del Rey y Supercopa) se jugaron a puerta cerrada. Aun así, la asociación logró aguantar 2020-2021 en beneficios y que su negocio sólo se contrajera un 7,2%, hasta 28,3 millones de euros, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, a las que ha tenido acceso 2Playbook.
La cifra de negocio total es superior si se incluye el valor de participación que pagan los clubes por la plaza en la competición y otros aspectos no desglosados. En total, superaría los 33 millones de euros, la segunda mejor cifra de su historia, solo por detrás de 2019-2020, año que ya estuvo condicionado por la pandemia. La organización trabaja ya en el cierre de 2021-2022, aunque por ahora prefiere no adelantar ninguna cifra. Las primeras estimaciones apuntan a que podría igualarse el récord de ingresos.
La ACB ya preveía en su memoria anual que “para 2021-2022 la actividad sea similar a la del último ejercicio”. “No obstante, la previsión queda sujeta a eventuales impactos en función de la evolución de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19, su incidencia en la economía y, en consecuencia, en la actividad de la sociedad”, se añadía.
Por otro lado, el beneficio neto de la ACB en 2020-2021 fue de 1.781 euros, frente a los 43.530 euros del año anterior. La competición logró cerrar en positivo a pesar de perder pilares importantes de su facturación como el ticketing de Copa del Rey y Supercopa. Al no tener aforo, se redujeron los gastos de explotación un 8,3%.
Gracias a la contención del gasto la ACB pudo aumentar el reparto de ingresos a los clubes la temporada pasada. La asociación no desvela a cuánto asciende esta distribución, aunque antes de la pandemia ya superaba los 12 millones de euros. El 50% que procede de los derechos audiovisuales se entrega de forma asimétrica, en base al mérito deportivo y su posición en la clasificación. El resto procede del patrocinio, principalmente del naming de Endesa, y las demás líneas de negocio. Esta partida sí se fracciona a partes iguales, lo que permite que el reparto total quede más equilibrado.
En cuanto a la composición de la tarta de ingresos, los derechos audiovisuales aportan el 43% del total. Esta partida incluye no solo las emisiones de los partidos de Movistar+, sino también su patrocinio, el de más aportación económica junto a Endesa. La venta de derechos televisivos en España aporta ya 12,2 millones de euros, un 5% más que hace un año.
Por otro lado, la venta de derechos de retransmisión en el extranjero sigue aumentando año tras año. En 2020-2021 acarició por primera vez los dos millones de euros, casi el doble que hace un lustro. La previsión es que en 2021-2022 vuelva a incrementarse y supere esta barrera tras lograr importantes acuerdos con Espn en Latinoamérica y MCS Basket en Francia, ambos hasta 2024, Bilibili en China o FuboTV en EEUU hasta 2023.
El patrocinio es la segunda pata que sostiene el negocio de la ACB, con 12,44 millones de euros, ligeramente superior al año anterior. De estos, 5,5 millones los aporta Endesa como title sponsor. Su contrato es creciente año tras año, con un incremento anual de 500.000 euros. La temporada 2020-2021 fue la última del anterior ciclo, clave para compensar la pérdida de otros ingresos comerciales.
El resto de patrocinadores aportaron 6,5 millones de euros, un 12% menos que la campaña anterior. El golpe se corresponde con la Copa y la Supercopa, donde se firman acuerdos con marcas exclusivamente para estos eventos, como sucedió con Unicaja cuando se celebró en Málaga en 2020. Al no haber público ni actividades o fan zones, no se pudo cubrir esta parte de ingresos.
Por otro lado, el ejercicio 2020-2021 se cerró con una factura pendiente de cobro con el Ayuntamiento de Madrid de 400.000 euros. La sociedad se dotó con un deterioro de cobro, por lo que no afecta a su cuenta de resultados. Tras resolver los problemas de tramitación, el consistorio de José Luis Martínez Almeida formalizó el pago, que figurará en las cuentas de 2021-2022.
El verdadero impacto se apreciará en el ejercicio que ahora acaba, en el que ya no estarán los ingresos de socios como Kyocera, 888 Sport, Synlab, Mondo o KIA, que finalizaron contrato el verano pasado. La liga sí mantiene a Halcón Viajes y Divina Seguros hasta 2024, y a Spalding y Toyota hasta 2022. Además, al iniciar el nuevo ciclo con Endesa, su contrato volverá a arrancar en torno a 4,5 millones de euros.
Finalmente, la ACB disponía en efectivo 1,8 millones de euros antes de 2020-2021. A esto hay que añadir la línea de crédito de 1,5 millones firmada con CaixaBank, de la que apenas ha tenido que hacer uso y que vence en 2026, y que tendrá que empezar a amortizar a partir de 2022-2023.
Por último, en 2020-2021 se acabó de amortizar por completo los 2,78 millones de euros que la ACB pagó a Orange por rescindir de mutuo acuerdo su contrato en 2015-2016.
Así le fue a los clubes en 2020-2021
No solo la ACB ha logrado capear el impacto de la pandemia. También los clubes han salido reforzados, pese al importante perjuicio económico que ha provocado la puerta cerrada y otras restricciones sociosanitarias. Los ingresos totales mejoraron un 2,9% respecto a 2019-2020. ¿El motivo? Los ingresos extraordinarios por las ayudas que el CSD repartió entre los clubes, gracias a la inyección de dinero que llegó de LaLiga vía los Pactos de Viana, según el Balance de la situación económico-financiera del baloncesto español.
Ahora bien, ¿cómo impacto la Covid-19 en el negocio ordinario? La cifra de negocio empeoró un 5,3%, hasta 107,4 millones de euros, la facturación más baja desde 2016-2017, cuando la competición estaba en otro ciclo audiovisual y, por lo tanto, repartía menos dinero procedente de la televisión. La caída va en línea con la experimentada por la propia asociación.
Todas las líneas de negocio aumentaron salvo la venta de entradas y abonos, que registró la peor cifra de negocios de los últimos quince años: sólo 10,9 millones de euros, una caída del 63,1% por el cierre de pabellones por las medidas gubernamentales adoptadas para hacer frente a la pandemia.
Aun así, los clubes ACB sufrieron aún mayores pérdidas en 2010-2011, en la campaña 2008-2009 y en 2017-2018, pero para entonces fue por motivos que nada tienen que ver con la pandemia que obligó al cierre de las gradas durante prácticamente toda la temporada anterior. Los equipos de la Liga Endesa sufrieron unas pérdidas agregadas de 80,9 millones de euros, un 10,5% más que en 2019-2020.