La Uefa está un paso más cerca de ganar su batalla contra la Superliga. El abogado general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Tjue), Athanasios Rantos, ha apuntado que las normas actuales de Fifa y Uefa, que “supeditan cualquier nueva competición a una autorización previa son compatibles con el Derecho de la Unión en materia de competencia”. Eso sí, la European Super League Company .promotora del proyecto- “tiene libertad para crear su propia competición de fútbol independiente fuera del ecosistema de la Uefa y de la Fifa”.
Dicho de otro modo, el abogado en su informe deja claro que el ecosistema del fútbol europeo hoy no impone unas barreras de acceso contrarias a la competencia, pero deja entrever que, tratándose de organizaciones privadas, tienen el derecho legítimo a tomar las decisiones oportunas para proteger su negocio. De ahí que avale que la Superliga pueda existir, aceptando que debería ser al margen del circuito competitivo existente y asumiendo sus clubes que estar en un torneo les impida participar en otros. La clave, ahora, estaría en la proporcionalidad de las sanciones.
Cabe recordar que estas conclusiones no son vinculantes, y que la sentencia del proceso judicial se dará a conocer, a priori, en el primer trimestre de 2023. “La Uefa acoge con gran satisfacción el dictamen inequívoco de hoy que recomienda una sentencia del Tjue en apoyo de nuestra misión central de gobernar el fútbol europeo, proteger la pirámide y desarrollar este deporte en toda Europa”, se ha apresurado a celebrar el regulador. Ante la oposición frontal del regulador europeo, Rantos considera que la negativa de la Uefa “puede justificarse objetivamente tanto en el plano deportivo a la luz de los objetivos legítimos perseguidos por esa federación como, desde el punto de vista económico, para luchar contra el parasitismo o un fenómeno de «doble pertenencia» que puede debilitar la posición de la Uefa y de la Fifa en el mercado”.
El abogado general ha ofrecido sus conclusiones sobre cuatro puntos, todos relativos a la normativa de la Fifa y Uefa y a la libre competencia en el ecosistema del negocio del fútbol. La primera y más relevante opinión de Rantos es que las normas vigentes de la federación europea y la mundial del fútbol, que requieren su autorización previa para la promoción de nuevas competiciones, son compatibles con los derechos de la UE en materia de competencia. “Habida cuenta de las características de la competición proyectada, los efectos restrictivos derivados del sistema de autorización previa son inherentes y proporcionados para alcanzar los objetivos legítimos perseguidos por la Uefa y la Fifa asociados al carácter específico del deporte”.
“Las libertades fundamentales, reconocidas por el derecho de la Unión Europea, no se oponen a los estatutos de la Fifa y la Uefa que prevén que la creación de una nueva competición paneuropea de fútbol entre clubes quede sometida a un sistema de autorización previa, en la medida en que dicha exigencia sea adecuada y necesaria a tal efecto, habida cuenta de las particularidades de la competición proyectada”.
Asimismo, el abogado del Tjue ha destacado que la normativa europea tampoco prohíbe a las federaciones y a las ligas nacionales “amenazar con sanciones a los clubes afiliados a esas federaciones en caso de que estos participen en un proyecto de creación de una nueva competición que pudiera vulnerar los objetivos legítimos perseguidos por esas federaciones de las que son miembros”. En este sentido, tampoco se oponen a las restricciones establecidas en los estatutos de la Fifa respecto a la comercialización exclusiva de los derechos de las competiciones organizadas por Fifa y Uefa, “en la medida en que estas restricciones resulten inherentes a la consecución de los objetivos legítimos relacionados con el carácter específico del deporte y proporcionadas a estos”.
La Fifa ha acogido “con satisfacción” las conclusiones emitidas Rantos, en las que “confirma la legitimidad de la Fifa y de la Uefa para aprobar nuevas competiciones de fútbol” y reconoce los derechos exclusivos de la Fifa para comercializar las competiciones internacionales organizadas por el propio organismo global. Por último, la Fifa también celebra que el Abogado General “reconozca la naturaleza especial del deporte, incluida la estructura piramidal, que preserva la naturaleza del mérito deportivo y de las competiciones abiertas accesibles a todos, así como los principios de promoción y descenso, equilibrio competitivo y solidaridad financiera”.
Contrario a las sanciones a jugadores
Sobre las sanciones, el informe del abogado considera que el veto a nuevas competiciones puede ser proporcional aunque “no respondieran a los criterios de transparencia y de no discriminación”, siempre y cuando ese rechazo sea porque el torneo va "en contra de los objetivos deportivos legítimos". Ello, en el caso de la Uefa, sería prohibir torneos que colisionen con los valores intrínsecos al modelo deportivo europeo, sobre el informe alude una y otra vez para referirse a los méritos deportivos y la redistribución de recursos para promover el equilibrio competitivo.
Más duro es con el uso de los futbolistas como arma de presión, pues sus conclusiones dejan claro que “la imposición de sanciones a los jugadores que no tomaron parte en la decisión de creación de la ESL me parece desproporcionada, en particular por lo que se refiere a su participación en las selecciones nacionales. De esta forma, una decisión consistente en castigar a jugadores que no parecen haber tenido ningún comportamiento culpable con respecto a las normas de la Uefa y cuya implicación en la creación de la ESL no parece haber quedado acreditada demostraría una aplicación abusiva y excesiva de esas normas. Por otra parte, el hecho de privar a las correspondientes selecciones nacionales de algunos de sus jugadores equivaldría a sancionarlas también indirectamente, situación que también parece desproporcionada”.
En cambio, las posibles sanciones de la Uefa a los clubes “pueden resultar proporcionadas, habida cuenta, en particular, del papel desempeñado por estos clubes en la organización y la creación de una competición que no parece respetar los principios esenciales que estructuran la organización y el funcionamiento del fútbol europeo”, apunta el informe.
Opción de crear la Superliga fuera del sistema Uefa
Por otro lado, Rantos sí ha abierto la puerta a la Superliga a realizar su proyecto fuera del sistema Uefa, en el que originalmente siempre han querido seguir los clubes promotores. Ahora bien, con riesgo de ser vetadas en las ligas nacionales. “La European Super League Company -sociedad que lidera el proyecto- tiene libertad para crear su propia competición de fútbol independiente fuera del ecosistema de la Uefa y de la Fifa”, ha apuntado el abogado general dle Tjue.
En su análisis, el Tjue ha tenido en consideración, entre otros puntos, el artículo 165 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (Tfue) en el que se “pone de relieve el carácter social particular de esta actividad económica que puede justificar una diferencia de trato en determinados aspectos. El artículo puede servir como norma para la interpretación y la aplicación en el ámbito deportivo de las disposiciones del derecho de la competencia”.
Asimismo, Rantos subraya que “la mera circunstancia de que una misma entidad ejerza al mismo tiempo funciones de regulador y de organizador de competiciones deportivas no implica, en sí misma, una infracción del Derecho de la Unión en materia de competencia”. Este punto era uno de los más criticados por los promotores de la Superliga, que han tenido en la nueva agencia deportiva A22 Sports Management a su altavoz en los últimos dos meses.
Su director general, Bernd Reichart, aseguraba recientemente que “la Uefa vive en una situación cómoda porque no tiene competencia, no asume ningún riesgo empresarial, ni gastos, ni tiene la necesidad de innovar. Viven del sudor y esfuerzo de los clubes, a quienes después no hacen partícipes en la definición de su futuro”. Tras la opinión del Tjue, A22 ha emitido un comunicado en el la Uefa es “tiene la responsabilidad particular de no denegar indebidamente la autorización de nuevas competiciones”.
Se refiere la promotora al punto en el que Rantos ha detallado que “la responsabilidad particular que ostenta la Uefa, en virtud del artículo 102 Tfue, consiste precisamente en que, al examinar las solicitudes de autorización de una nueva competición, debe velar por que los terceros no se vean privados indebidamente de un acceso al mercado”. Sobre el veto de Uefa a la Superliga, lo justifica porque “tiene como finalidad tanto mantener los principios de participación basada en los resultados deportivos, de igualdad de oportunidades y de solidaridad en que se funda la estructura piramidal del fútbol europeo, como luchar contra los fenómenos de doble pertenencia”.
“Estamos satisfechos con el reconocimiento del derecho de terceros a organizar competiciones paneuropeas de clubes”, ha valorado Reichart en el comunicado de A22, en el que se ha mostrado optimista con la próxima sentencia: “Creemos que los 15 jueces de la Gran Sala del Tjue, que tienen la responsabilidad de examinar este caso, profundizarán de forma sustancial en su análisis y ofrecerán finalmente a los clubes la oportunidad de gestionar su propio destino en Europa”.
Por su parte, desde la ECA, la patronal de los clubes europeos, han asegurado que las conclusiones de Rantos “proponen un claro rechazo a los esfuerzos de unos pocos por socavar los cimientos y el patrimonio histórico del fútbol europeo para la mayoría”. Además, ha reiterado su “firme oposición a aquellos pocos interesados que pretenden perturbar el fútbol europeo de clubes y socavar los valores que lo sustentan”. “La ECA defiende la evolución responsable y progresiva del fútbol y se mantiene firme en su creencia de que en Europa esto debe lograrse junto con la Uefa y en colaboración con ella como órgano rector legítimo, junto con otras partes interesadas del fútbol profesional e instituciones europeas y gubernamentales”.
El golpe de una Superliga en LaLiga: 1.663 millones menos de ingresos
Recientemente, la consultora Kpmg presentó un informe en el que cifraba en 1.663 millones de euros el agujero de ingresos que provocaría la Superliga en LaLiga. La gestora del fútbol profesional español, opositora al proyecto, en el que hoy se mantienen Real Madrid, FC Barcelona y Juventus de Turín, anunció que la consultora estima una caída del 50,1% de la facturación de los equipos que no son Barça y Madrid, tomando como referencia el modelo semicerrado que ECA puso sobre la mesa en 2019.
En caso de que el campeonato nacional se viera desplazado a jugar entre semana, porque el fin de semana lo ocupa la nueva competición, el golpe oscilaría entre 1.799,9 millones y 1.866,9 millones de euros, en función de si se mete en la ecuación a los dos partidarios españoles de la Superliga. Para LaLiga, “las conclusiones suponen un refrendo a la defensa que LaLiga hace del ecosistema actual del fútbol europeo”.
La gestora, la única liga personada en el procedimiento judicial, “tiene la certeza de que el actual modelo europeo del deporte, que cuenta con el respaldo de las instituciones europeas, permite un adecuado desarrollo de nuestro deporte, desde la base hasta las categorías profesionales, con una convivencia adecuada entre las ligas nacionales y las competiciones europeas”, ha apuntado en un comunicado. El presidente de LaLiga, Javier Tebas, ha destacado que “seguiremos luchando para que las instituciones europeas legislen y proporcionen amparo legal al modelo europeo actual del fútbol”.