El Villarreal CF cerró uno de sus años más exitosos en 2020-2021 en lo deportivo, pero en lo económico fue casi tan malo como cuando cayó a Segunda División. El club castellonense completó la última temporada con unas pérdidas de 14,2 millones de euros, muy lejos del equilibrio presupuestario que se esperaba y de la sostenibilidad que había marcado su gestión en los últimos años.
“La situación extraordinaria del coronavirus y el descenso de ingresos por los abonos y de algunos espónsores han provocado que se cierre el ejercicio con dichas pérdidas”, ha justificado Fernando Roig, presidente y máximo accionista. A eso se le añadiría el pago de las primas al primer equipo tras ganar la Europa League.
El club destinó 112,5 millones de euros a salarios deportivos y amortizaciones por fichajes en 2019-2020, un importe que habría ido a más el ejercicio último ante los buenos resultados deportivos.
“Nos hubiera gustado ser más equilibrados en las cuentas, pero estamos en una buena situación, por lo que esperamos cumplir con el equilibrio este año”, ha señalado Roig. Su objetivo es recuperar el break even en 2021-2022, dentro de su política de ciclos de cuatro años en los que se intenta que el déficit sea cero.
De cara a esta temporada, la clasificación para la Champions League y la reapertura del Estadio de la Cerámica deben servir para que los ingresos alcancen los 138,7 millones de euros.