El Valencia CF afronta una dura travesía por el desierto que conllevará importantes pérdidas. El club no ha logrado su objetivo de consolidarse como equipo de Champions League, y las consecuencias de la Covid-19 le han llevado nuevamente al terreno de los números rojos: 8,02 millones de euros en 2019-2020 y una previsión de 26,4 millones en 2020-2021 si no hay un fuerte ajuste de plantilla y se dan salida a varios futbolistas antes del 30 de junio, según la documentación a la que ha accedido 2Playbook.
La entidad controlada por Peter Lim fio la sostenibilidad del proyecto del último curso a una salida de jugadores que no se produjo en la medida esperada, pero también por correcciones de valoración de activos que hicieron que el saldo neto de la venta de inmovilizado, incluidos derechos federativos, fuera negativo en 7,99 millones de euros. Ello, pese a ingresar 16,7 millones en operaciones con otros clubes.
La razón no es otra que la aparición de varios movimientos contables que dificultan la obtención de una fotografía clara del negocio ché. Por un lado, el club dotó 24,7 millones por el deterioro de Mestalla ante el riesgo de incumplir plazos para su venta, pero también se apuntó un ingreso de 32,98 millones de euros que provisionó en el pasado, después de un primer fallo que enterraba la denuncia por posibles ayudas de Estado.
A eso hay que añadir los ingresos financieros fruto de las potenciales quitas de deuda que lograría hoy el Valencia CF con Bankia a raíz de la evolución de su plan de negocio, que explica unos ingresos financieros de 22,5 millones de euros que compensaron el pago de intereses por 20,49 millones de euros. Por resumir, descontados todos estos efectos, las pérdidas del equipo en 2019-2020 habrían sido de casi 50 millones de euros.
A causa de la pandemia, los ingresos por cuotas de socios y abonados cayeron un 13,7%, hasta 12,48 millones
El negocio ordinario del club retrocedió un 6,8% interanual el último año, hasta 172,09 millones de euros. El impacto de la pandemia se hizo notar en todas las líneas de actividad, pero especialmente en la de cuotas de socios y abonados, con un descenso del 13,7%, hasta 12,48 millones. Al impacto de las devoluciones de parte del carné, se le sumó una menor taquilla por el cierre de Mestalla y menores pagos de Uefa en Champions League, que dejaron el saldo de competiciones en 60,81 millones de euros, un 8,2% menos.
Los ingresos por televisión bajaron otro 6%, hasta 74 millones, ya que el Valencia CF ha seguido el criterio recomendado por EY y ha trasladado a 2020-2021 los ingresos y gastos de todas las jornadas que se disputaron en julio. “De haberse registrado los ingresos en el ejercicio correspondiente, estos habrían sido superiores a los del ejercicio anterior”, sostiene en la memoria anual.
Por otro lado, el área comercial logró amortiguar el golpe y sufrir sólo un recorte del 1,8% en comparación con 2018-2019, hasta 24,76 millones. La venta de patrocinios logró aportar un 9% más interanual, por la entrada de socios como Puma, Bwin, Libertex y Sailun. Sin embargo, el cierre de comercios y el desplome del turismo se comieron dos millones de venta de merchandising que emborrona la evolución del departamento.
En cuanto a los costes, el consejo presidido por Anil Murthy sólo pudo rebajar el pago de nóminas en un 5,8% interanual, hasta 109,67 millones de euros, a través de acuerdos con el primer equipo de fútbol. Al igual que con los ingresos, parte de estos pagos se han trasladado al ejercicio actual. En cuanto a las amortizaciones de inmovilizado, estas subieron un 17% en 2019-2020, hasta 66,17 millones de euros, por la anterior política deportiva que se basó en realizar importantes adquisiciones de futbolistas.
Donde sí se produjo un esfuerzo importante es en la reducción del resto de gastos de explotación, que se recortaron en un 20,3% interanual, hasta 24,09 millones de euros. El ajuste en aprovisionamientos fue del 30%, hasta 4,24 millones de euros.
Un complejo 2020-2021
De cara al nuevo curso, el Valencia CF asume que, aun apuntándose ingresos audiovisuales de 2019-2020, el tijeretazo del negocio ordinario se irá al 30,9%, hasta 118,91 millones de euros. El golpe se concentra sobre todo en competiciones, pues no jugar en Europa supondrá pasar de 60,8 millones a 2,32 millones por este concepto. La recaudación por abonados bajará un 36,4%, hasta 7,94 millones, por el impacto de los descuentos en compensación por el cierre de 2019-2020 y el retraso en la apertura de los estadios.
Por el contrario, la factura audiovisual se disparará un 20,7% y alcanzará 89,39 millones de euros, mientras que el área comercial se contraerá un 22,2%, hasta 19,27 millones, por la ausencia de los habituales bonus en caso de clasificación europea y el impacto de la pandemia en los presupuestos de las marcas.
Con tal de absorber este golpe, el club se ha impuesto recaudar 41 millones en traspasos, ya garantizados con las salidas de Ferran Torres y Rodrigo Moreno a la Premier League. Además, las bajas de Dani Parejo y Francis Coquelin permitirán que la partida de nóminas retroceda un 18,9% interanual, hasta 88,85 millones de euros. Y aun así, nada que pueda evitar unas pérdidas de 26,4 millones de euros, en línea con las de los primeros años de Peter Lim como accionista.