El Valencia CF engorda sus pérdidas. El club che registró unos números rojos de 46,1 millones de euros en 2021-2022, incrementando el desfase entre ingresos y gastos en un 48% respecto a la campaña anterior. Entre las claves que explican este empeoramiento en el negocio, el recorte de las plusvalías por traspasos de futbolistas, que cayeron casi a la mitad, hasta 22,5 millones, según las cuentas del club, a las que ha accedido 2Playbook.
Por la parte del negocio ordinario, destaca la fuerza de la masa social del equipo de LaLiga. Tras la reapertura de Mestalla con el fin de la pandemia, el Valencia recuperó 11,2 millones de euros por abonados y socios, cifra similar a las que manejaba antes del cierre obligado del estadio. Esta partida fue clave para compensar, en parte, la caída de la factura audiovisual por los malos resultados del equipo: la televisión aportó 70,8 millones, un 15% menos.
La fuerza de su afición también se hace evidente en el negocio comercial. La entidad facturó 20,9 millones de euros por esta vía, con una mejora del 8% interanual. Sin embargo, la publicidad cayó en medio millón de euros, hasta 16,1 millones. ¿Cómo compensó entonces este descenso? Doblando los ingresos por venta de camisetas y merchandising, hasta 4,7 millones. Con ello, más los 6,8 millones por competiciones, que apenas incrementó su factura pese a disputar la final de Copa, el Valencia mejoró en un millón su cifra de negocio, hasta 109,7 millones.
El club che recuperó 11,2 millones de euros por abonados y socios tras la reapertura de Mestalla
Por la parte del gasto, varios apuntes: el primero, el cambio de tendencia del club en la política de fichajes. Sin grandes incorporaciones y en el final de los contratos de algunos de los refuerzos del último lustro, las amortizaciones de derechos sobre futbolistas cayeron un 19%, hasta 41,4 millones de euros. El recorte, respecto a 2019-2020, es de casi 27 millones de euros.
Asimismo, también destaca la congelación en el coste de la plantilla. El gasto en personal deportivo se estabilizó en 83,4 millones de euros con un incremento de apenas 126.000 euros. La comparación con años previos es ilustrativa: justo antes de la pandemia (2018-2019), el club destinó 105 millones de euros a sueldos y salarios de jugadores y staff. En total, el coste en personal asciende a 94,4 millones.
Pese a ello, el empeoramiento del resultado neto está ahí. Las plusvalías de 42,5 millones de 2020-2021 permitieron amortiguar la caída en aquel año pandémico. Ahora, de cara a la presente temporada, el club confía en volver a equilibrio con la venta de futbolistas como pata determinante. Aspira a obtener 14,7 millones de plusvalías por traspasos, de los que, según medios especializados, ya cuenta con 54,6 millones por las ventas de Gonçalo Guedes y Carlos Soler, principalmente.
Este superávit sobre lo previsto debería garantizar esta posición de cerrar en positivo, pese a que seguirá a la baja la televisión (67,9 millones) y un ajuste en el negocio comercial (18,9 millones). Entre las notas positivas, el alza por abonados y socios, que rozará los 13 millones de euros, y los ingresos extra por competiciones, gracias a su participación en la próxima Supercopa de España. En cuanto al gasto, las amortizaciones se situarán en 22,2 millones y el gasto en plantilla deportiva en 55 millones.
Por último, la deuda neta continúa el descenso iniciado en pandemia. A cierre del último ejercicio se situaba en 241 millones de euros, un 5% menos interanual, y 74 millones de euros por debajo de los 315 millones con los que encaró la pandemia la entidad que controla Peter Lim
Un respiro del Tjue: no tendrá que devolver los 23 millones que le pedía la UE
En otro orden de cosas, esta semana también se ha conocido la resolución definitiva del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (Tjue) sobre los 23 millones de euros que le demandaba la Comisión Europea por presuntas ventajas en el aval de 75 millones que recibió su Fundación de parte del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) en 2009.
Como explicaba en la web del club su nuevo director corporativo, Javier Solís, “finaliza este proceso que ha durado muchos años”. Sobre el aval y su importe “nosotros siempre entendimos que estaba dentro de mercado”, apostillaba el dirigente.