O mejoran mucho las perspectivas del Valencia CF, o uno de sus principales acreedores sufrirá una de las mayores quitas de los últimos tiempos en el fútbol español. Se trata de CaixaBank, que tras la compra de Bankia ha heredado un profit sharing agreement (PSA) de 61 millones de euros que con las perspectivas actuales es imposible que pueda recuperar. De hecho, año a año se ha ido deteriorando ese préstamo y hoy en las cuentas del club sale técnicamente amortizado.
“Es una quita técnica en toda regla”, señalan dos economistas consultados. Muestra de ello es que el deterioro del préstamo se ha ido traduciendo cada ejercicio en la anotación de ingresos financieros que han ayudado a reducir las pérdidas desde 2017. En 2020-2021, este ingreso financiero ascendió a 13,47 millones de euros, y salvo milagro no se prevé que el banco español pueda recuperar ese dinero.
La refinanciación se firmó en 2014-2015 como parte de los acuerdos para la venta del club a Peter Lim, cuando se confiaba en un importante salto económico tras la inyección de 100 millones de euros en el capital y un ambicioso plan deportivo. Sin embargo, la entidad deportiva ha arrastrado unas pérdidas de 135,12 millones de euros en las siete temporadas que le siguieron y la previsión es que el agujero se engorde en 2021-2022, para el que se han proyectado unas pérdidas de 35,6 millones.
De ahí que en la industria den por imposible que el Valencia CF vaya a ser capaz de generar un ebitda suficiente en las próximas cuatro temporadas como para devolver el dinero asociado a esta operación, pues el vencimiento de este PSA está fijado en 2026 y el equipo de fútbol sólo “pagará la cantidad de acuerdo con el cumplimiento de un ebitda proyectado durante un periodo acordado previamente”, según se recoge en las cuentas anuales a las que ha tenido acceso 2Playbook.
Una de las pocas vías que permitirían cumplir con el pago es la futura venta de los terrenos de Mestalla, pues se manejaba una valoración de más de 100 millones de euros por el estadio antes de que estallara la pandemia y se vinieran abajo todas las negociaciones que se habían avanzado previamente. Además, esa caja ahora ya no sería tan necesaria para completar las obras del nuevo coliseo ché, pues la dirección tirará de los fondos de CVC para financiarlas ante la ventaja que supondrá el hecho de poder devolver el dinero en un plazo de 40 años.
Toda la deuda del Valencia es con CaixaBank: 61 millones del PSA, 103 millones de un préstamos hipotecario y 15 millones de una póliza de crédito
La dirección no aclara en qué momento plantean alcanzar la rentabilidad, pero sus proyecciones financieras hasta 2030-2031 se basan en los siguientes pilares: venta de Mestalla y traslado al nuevo estadio; competir alternativamente en Europa; mejora de los ingresos por televisión en cada ciclo de tres años; aportación de liquidez por parte de Peter Lim para cumplir las proyecciones, y venta de futbolistas.
La dificultad para que estos planes se cumplan es que, a su vez, la propiedad también ha revisado sus números incluyendo “una reducción significativa del coste de plantilla”, que este año regresará a niveles de 2017-2018 entre salarios y amortizaciones, con unos 114,4 millones de euros. Es una rebaja de 50 millones respecto al techo que se tocó en 2019-2020, con 164,3 millones tras encadenar dos ejercicios consecutivos en Champions League.
La revisión del PSA es la que explica, en parte, la reducción de la deuda con entidades de crédito a largo plazo, que han pasado de 134,11 millones a 106,01 millones de euros. A corto plazo, la exposición de los bancos -especialmente CaixaBank tras integrar Bankia- pasó de 31,1 millones a 14,6 millones. Es más, toda la deuda es con la entidad que preside Ignacio Goirigolzarri, entre los 61 millones ya citados del PSA que vencen en 2026, los 103 millones de un préstamo hipotecario con vencimiento en 2029 y una póliza de crédito de la que quedan 15 millones y que va hasta 2028.
Al banco se le sumará este año Rights & Media Funding, que se ha garantizado el cobro de los 51 millones de euros que ha prestado con los derechos de televisión. Se trata de una financiación a cinco años, por encima de lo que suele ser habitual pues excede el ciclo audiovisual, muestra de que la firma confía en que, al menos, el equipo se mantendrá en Primera División.
Pérdidas de 36,6 millones en 2021-2022
Para este año, el Valencia asumirá pérdidas de 36,6 millones de euros tras dejarse otros 39 millones durante los dos ejercicios en pandemia. El club ché prevé una caída del negocio ordinario, hasta 104 millones, en este curso porque el regreso del público a Mestalla no compensa su fuerte retroceso en ingresos por televisión. La masa salarial pasará de 123 millones a 120 millones de euros, según las cuentas anuales de la entidad, a la que ha tenido acceso 2Playbook.
El agujero económico de la última temporada podría haber sido mayor e irse a más de 50 millones de euros. La razón es que el consejo de administración decidió revertir la provisión de 23,83 millones que mantenía por la posible sanción de la Comisión Europea (CE) por ayudas de Estado.
Pese a que hay un recurso de casación contra el fallo del Tribunal General de la Unión Europea (Tgue) el club considera que ya no existe el riesgo, una cuestión de la que advierte EY en su informe de auditoría. Así, incluye un párrafo de énfasis sobre esta cuestión, matizada con que “el grupo cuenta con el apoyo financiero para garantizar la continuidad de las operaciones”.
De confirmarse la previsión para este curso, entre 2019 y 2022, el Valencia habrá asumido unas pérdidas totales de 75 millones de euros, cifra que alcanza los 170 millones desde la llegada de Peter Lim. La losa complica la ejecución de proyectos clave para la entidad como el Nuevo Mestalla, cuya ATE está en la cuerda floja desde hace meses. Por todo ello, el magnate singapurense ha decidido que inyectará 43,3 millones de euros en el club vía compensación de créditos.
Durante el último ejercicio, la entidad valencianista sufrió un ajuste del 37% en su negocio ordinario, hasta 108,5 millones de euros. En total, los ingresos de la entidad en 2020-2021 alcanzaron los 152 millones, lo que supone una caída del 8% interanual. El golpe más duro fue el de la taquilla, pues pasó 12,5 millones a 0 euros por cuotas de socios y abonados.
Para esta temporada, junto a su negocio ordinario, la entidad se compromete a obtener otros 37,7 millones por plusvalías con la venta de futbolistas. Ello en un mercado de traspasos seco tras la pandemia y el ahorro contemplado por buena parte del fútbol europeo. Por ahora, esta partida se encuentra a cero.