El Valencia CF pone en marcha una nueva ampliación de capital. Peter Lim, que ya inyectó 100 millones de euros en 2015, ha anunciado una nueva aportación de recursos para “fortalecer el posicionamiento económico de la entidad para afrontar con solvencia los retos del Club a presente y futuro”. Se desconoce el importe de la operación, aunque fuentes de la industria indican que será de más de 50 millones de euros, pues la idea es capitalizar la deuda del máximo accionista.
Como ya adelantó 2Playbook, el magnate singapurense firmó un nuevo préstamo a 30 de junio de 2020 por 16,5 millones de euros, cuya devolución era precisamente este septiembre y se garantizó con los derechos sobre cuatro futbolistas del primer equipo. Además, refinanció 38 millones, dejando la amortización de 15 millones antes de junio de 2021 -no se ha pagado- y el resto con posterioridad.
El presupuesto para 2020-2021 contemplaba ya unos números rojos de 26,43 millones de euros, siempre y cuando consiguiera unas plusvalías netas por traspasos de 41 millones. Esta meta se consiguió con las salidas de Rodrigo, Ferran Torres y Kondogbia, pero la proyección de ingresos contemplaba 7,94 millones por abonados y 2,32 millones por taquilla que no se han conseguido.
Es decir, que las pérdidas podrían rondar los 40 millones si se tiene en cuenta que también era necesario recortar 20 millones de gastos de personal. Se desconoce si esa previsión se ha cumplido, aunque el límite salarial autorizado por LaLiga hace pensar que no.
Frente a una media de 140 millones de euros en los últimos cuatro años, en 2021-2022 sólo puede destinar 30,98 millones a plantilla deportiva. Es más, de no ser porqué podrá contar con parte de los fondos de CVC, la organización presidida por Javier Tebas sólo le iba a conceder unos 15 millones para costear su primer equipo.
De confirmarse la capitalización de los 54,5 millones por parte de Lim, LaLiga le ampliaría el margen en unos 13,6 millones, pues las normas de control económico exigen consumir esos recursos en cuatro temporadas de manera proporcional. Es lo que ya sucedió en los primeros cuatro años con el empresario asiático, en el que se acumularon unas pérdidas de 100 millones, equivalentes a la inyección realizada.
Esta reducción del pasivo, junto a la entrada de recursos de CVC, ofrece mayores garantías a la reanudación de las obras del nuevo estadio. El club recibirá algo más de 80 millones de euros, a devolver en 40 años, por lo que podría financiar sin problemas los últimos trabajos.
Otra cuestión es qué sucede con el resto de acreedores del equipo de fútbol, especialmente Bankia y CaixaBank, que en su día aceptaron convertir un préstamo en un profit sharing agreement (PSA), por el que una deuda de 61 millones sólo se devolverá en función de su rentabilidad económica. Y hoy, tras cerrar 2019-2020 en pérdidas y anticipar un nuevo agujero en 2020-2021, de ese importe sólo tendría que pagar 4,98 millones de euros, según las cuentas a las que ha accedido 2Playbook.