La UD Las Palmas tiene un doble reto en 2021-2022: volver a luchar por una plaza de ascenso a LaLiga Santander y conseguir unas ganancias que compensen el agujero con que cerró el último ejercicio. En concreto, las pérdidas fueron de 2,55 millones de euros, que el consejo de administración atribuye “en gran medida por las rescisiones contractuales de personal deportivo profesional, necesarias para configurar el proyecto deportivo de la presente temporada”.
Para lograrlo, la entidad ha presupuestado unos ingresos de 21,66 millones de euros entre los ingresos ordinarios y las plusvalías por traspasos como el de Sergio Araujo al AEK Atenas. A eso se suman variables como los acordados por el traspaso de Pedri al FC Barcelona o el impacto que pueda tener en taquilla la reapertura de los estadios al público.
El traspaso del joven centrocampista ya resultó determinante en 2019-2020, cuando el beneficio neto ascendió a 1,8 millones de euros. Por el contrario, esa ausencia de extraordinarios llevó al club a pérdidas en 2018-2019, impactado por la elevada masa salarial que aún arrastraba tras su paso por Primera División.
El máximo accionista asegura que el valor de mercado del club es de 140 millones de euros, sobre todo tras la firma de la operación LaLiga Impulso. En virtud del mismo, la UD Las Palmas recibirá un préstamo participativo de 37,5 millones de euros, que elevarán su patrimonio neto a 67,5 millones. “Es una cifra inédita en nuestra entidad”, ha recordado el empresario, que controla un 52,8% de las acciones.
Sobre esa valoración del equipo de fútbol, Ramírez ha argumentado que “el auditor otorga a la plantilla profesional deportiva un valor razonable de 22,5 millones de euros”, a pesar de que en el balance tan sólo se recoge un valor neto contable de 1,46 millones de euros. En cuanto a su sede social, cuentan con tasaciones que le dan un precio de mercado de 1,2 millones de euros, frente a los 44.645 euros que recogen los libros.