La UD Ibiza ya tiene las llaves de su casa para su estreno en LaLiga. El Ayuntamiento de Ibiza le ha otorgado la cesión en exclusiva del estadio de Can Misses tras su ascenso al fútbol profesional, “después de conocer todos los requerimientos técnicos y obligaciones que supone la Segunda División”. El acuerdo es hasta 2023.
En un comunicado, el consistorio de la isla pitiusa ha informado de que ha realizado diversas reuniones con el club y con LaLiga en las que ha comprobado que la nueva categoría en la que competirá el Ibiza “hacen prácticamente imposible que en la misma instalación pueda desarrollarse competición de otras categorías inferiores”.
Cabe destacar que para adecuarse a las exigencias de LaLiga en materia de servicios relacionados con el matchday (gradas, césped, tornos de entrada…) y la televisión, el club propiedad de los hermanos Salvo deberá hacer una notable inversión en el corto plazo. El montante de esta reforma de la infraestructura no se ha desvelado, pero el diario Marca publica que se elevará a 2,3 millones de euros.
También se llevará a cabo la pavimentación perimetral del terreno de juego, la reubicación de los banquillos, la reforma de vestuarios y la adecuación de espacios para los controles antidopaje, para la sala auxiliar de LaLiga y la sala de prensa, además de las canalizaciones para comunicaciones y el riego, entre otros trabajos.
Con esta decisión, el CD Ibiza, que este año competirá en Segunda División Rfef, se trasladará a otra instalación. El Ayuntamiento le ha ofrecido la opción de jugar en césped natural, en la parte central de las pistas de atletismo situadas en el mismo complejo deportivo de Can Misses. Allí, de hecho, entrenará también el primer equipo de la UD Ibiza, compartiendo los dos clubes de fútbol el espacio con el Club Atletismo Pitiús.
Nuevo estadio y ciudad deportiva
Más allá de la concesión de Can Misses, la propiedad de la UD Ibiza tiene por delante otros proyectos para el club. Entre ellos destacan la construcción de un nuevo estadio y una ciudad deportiva. Son planes que iban ligados al ascenso, pero cuyo dibujo ya estaba pintado previamente. El nuevo campo contaría con entre 12.000 y 17.000 asientos, “un estadio moderno y tecnológico”, destaca Salvo, cuyo patrimonio lo ha construido con Power Electronics, una empresa, precisamente, que compone componentes electrónicos y trabaja con energías renovables.
En este proyecto, la apuesta de los Salvo por el deporte ibicenco no se circunscribe únicamente al fútbol. El Ibiza UD ha firmado convenios de colaboración con varios clubes de otras disciplinas, como balonmano, fútbol sala y voleibol, a los que da nombre.