El Albacete Balompié recibió un doble golpe en la última temporada. El primero, el deportivo, con su descenso al fútbol no profesional tras cuatro temporadas consecutivas en LaLiga; y un segundo, el económico, con unas pérdidas de 4,7 millones en el año de la Covid-19, según se refleja en las cuentas anuales del club, a las que ha accedido 2Playbook.
Estos números rojos son los más altos desde que la familia Kabchi se hiciera con el control de la entidad en el verano de 2017. De hecho, superan las pérdidas de 3,2 millones que registró el Alba en el curso anterior al cambio de propiedad. ¿El motivo? El golpe de la pandemia, que ha cortado en seco una racha ascendente en la cifra de negocio de la entidad albinegra. La caída fue del 20%, hasta 9 millones de euros, impactada por el cierre al púbico del estadio Carlos Belmonte y por la factura audiovisual.
El matchday pasó de aportar 1,2 millones a generar un gasto de 25.158 euros por las devoluciones de abonos, mientras que los ingresos por los derechos de televisión menguaron un 22%, hasta 6,2 millones. En positivo, la partida comercial aumentó hasta 2,8 millones, un 42% más. La pasada temporada el club presentó a la empresa local Extrual como patrocinador principal.
La plantilla deportiva se ‘comió’ un 92% de los ingresos del club en 2020-2021, con 8,3 millones
Otra consecuencia de la crisis de la Covid ha sido la sequía en el mercado de traspasos de jugadores. En este punto, el Alba ha pasado de facturar 1,6 millones por ventas de futbolistas en 2019-2020 a cero en la última temporada.
Por el lado del gasto, la plantilla deportiva se comió un 92% de los ingresos del club. La inversión en la primera plantilla fue de 8,3 millones, un 10% superior al anterior curso. También aumentaron los otros gastos de explotación, donde destaca la partida por desplazamientos, que se duplicó hasta casi 667.000 euros.
Adiós a la deuda concursal
Aunque la situación financiera y deportiva del último ejercicio fue muy negativa, la estabilidad del club se afianzó. La familia Kabchi formalizó una nueva ampliación de capital, de 6,2 millones, elevando el capital social hasta los 13,7 millones de euros y paliar la crisis, tal y como avanzó 2playbook. Desde su llegada en 2017, los Kabchi han aportado cerca de 12 millones de euros al club.
Además, las últimas cuentas del Albacete reflejan que el holding familiar, Skyline, cumplió con su compromiso de poner fin en sólo cinco años a la deuda concursal que arrastraba en la última década. Ahora, el equipo es segundo del Grupo 2 de la Primera RFEF, a falta de cinco jornadas para el final de la temporada regular, a un punto del ascenso directo que le permitiría volver por la vía rápida a LaLiga.
Labor de ajuste durante la pandemia
Durante la pandemia, el club “ha realizado una labor de ajuste de todas las partidas presupuestarias para intentar minimizar los gastos y eliminar las partidas referentes a proyectos o actividades que no fuesen prioritarias”, señalaba meses atrás a este medio su consejero delegado, Víctor Varela.
Por ejemplo, se han paralizado todos los planes de mejora de la ciudad deportiva y el estadio, a los que cada año se destinaba una parte de los recursos porque “se encontraban en una situación no apta para el desarrollo del fútbol profesional”.
En todo este tiempo también ha realizado algunas inversiones patrimoniales, donde destacan 414.000 euros para la instauración de nuevos campos de césped artificial en la ciudad deportiva, o 564.000 euros para adaptarse a las exigencias del fútbol profesional en el estadio.
El club ha invertido en los últimos años un millón de euros en patrimonio e infraestructuras
El Albacete Balompié había logrado doblar sus ingresos comerciales, hasta 2,5 millones de euros, un importe que incrementó el pasado curso. “Es cierto que contamos el respaldo de haber crecido en el sector local-regional, lo que permite establecer un vínculo más estrecho a la hora de proponer acciones conjuntas”, apuntaba Varela.
En este sentido, y dado el carácter social de la situación, la Fundación ha sido un vehículo fundamental para involucrar a los patrocinadores y a nuestros aficionados en acciones a beneficio del entorno que compartimos”, apostillaba el consejero delegado antes de la tercera ola.
