El FC Barcelona deja atrás, por ahora, los números rojos. Los socios compromisarios han aprobado este domingo el cierre del ejercicio económico de 2021-2022 con 548 votos a favor, 43 en contra y 24 en blanco. El presidente, Joan Laporta, ha expuesto las claves del beneficio neto de 97,58 millones de euros en el último curso, el primero sin impacto pandémico.
La venta de un primer 10% de los derechos de televisión a Sixth Street -también aprobado por amplia mayoría- aseguró una inyección de 207 millones de euros y una plusvalía contable de 266,11 millones que ya cubría la totalidad del agujero que presentaba el presupuesto ordinario, pero no era suficiente dentro del plan definido para recuperar en 2022-2023 un patrimonio neto positivo y liberarse de las restricciones de LaLiga en materia de inscripción de futbolistas.
Por ello, la junta directiva de Joan Laporta decidió aumentar el valor en libros de los terrenos que posee en Can Rigalt (L’Hospitalet de Llobregat) y Viladecans en 26,57 millones de euros, un importe fijado por una tasadora externa y que permitió anotar un ingreso por este mismo importe en las cuentas de 2021-2022, que finalmente arrojaron un beneficio neto de 97,58 millones de euros, según la documentación a la que ha accedido 2Playbook.
La junta defiende esta reversión del deterioro de estas parcelas por el estado del “plan urbanístico vigente”, que podría traducirse en una futura venta. Por los terrenos de L’Hospitalet, muy cerca del Camp Nou, se pagaron 37,24 millones de euros hace ya varias décadas y en su día hubo un principio de acuerdo con la inmobiliaria La Llave de Oro para la venta de un 30% de la superficie por 35,4 millones, pero finalmente se tiró atrás ante los problemas administrativos para poder edificar allí. De momento, se le ha asignado un valor de 33,3 millones, según se recoge en las cuentas anuales, avanzadas por este medio.
En el caso de Viladecans, se trata de unos terrenos muy cercanos al Aeropuerto de Barcelona-El Prat que adquirió la anterior junta de Laporta en 2007 por 18,75 millones de euros. Tras la llegada de Sandro Rosell en 2010 se decidió dejar prácticamente a cero el valor del terreno en el que el actual presidente vislumbró un parque temático al que llevar también el Miniestadi. En este caso, se confía en que el mercado pudiese pagar al menos 6,66 millones de euros en caso de ponerse a la venta.
Este movimiento fue vital para cumplir con un presupuesto que no llegó a cumplirse. La cifra de negocio de 2021-2022 finalmente se situó en 627,78 millones de euros, un 8% por debajo del objetivo, aunque un 9% por encima del ejercicio anterior, evidenciando cierta recuperación de la actividad. Es una mejora que la dirección atribuye a “la finalización progresiva de las consecuencias derivadas de la pandemia de la Covid-19”.
Muestra de ello es que los ingresos derivados de la explotación del estadio se multiplicaron por siete, hasta 61,45 millones de euros. A ello se suma las cuotas de socios y abonados, que se triplicaron hasta 48,96 millones y superaron en un 2% lo presupuestado. Por el contrario, la pronta eliminación de la Champions League supuso una merma del 11% interanual y del 7% sobre presupuesto en lo referente a derechos de televisión, hasta 250,19 millones de euros.
El área comercial sí continuó sufriendo los estragos de la pandemia, con una merma del 1% interanual, hasta 267,18 millones. Es el departamento que más lejos se quedó de sus objetivos, con una desviación del 17% respecto a los 323,27 millones que inicialmente se querían conseguir. La junta lo atribuye a “la disminución de los ingresos provenientes de patrocinadores por las adendas realizadas durante el año 2020 con diferentes espónsors como consecuencia del contexto pandémico”, parcialmente mitigado por la rápida recuperación de BLM, que logró doblar las ventas por merchandising hasta los 51 millones de euros.
En cuanto a los extraordinarios, la no venta parcial de Barça Studios que esperaba materializarse en 2021-2022 se compensó sobradamente con la colocación de ese primer 10% de los derechos de televisión a Sixth Street y unas plusvalías por traspasos de 45 millones de euros. Además, según se desprende del cierre contable, también se habría revertido parte de la depreciación de jugadores que se ejecutó en la macro reestructuración de 2021, con un impacto positivo de más 29 millones de euros.
Aumenta el gasto en salarios
Por la parte del gasto, la junta presidida por Laporta destinó un 6% más de lo previsto a salarios, con 457,25 millones de euros, si bien se trata aun así de un ajuste del 7% respecto a 2020-2021. Entre las razones del aumento estuvo la imposibilidad de renegociar a la baja la nómina de algunos futbolistas del primer equipo con los que se estuvo negociando, pero también el pago de 3,34 millones en indemnizaciones a la alta dirección tras la salida del CEO, Ferran Reverter, y buena parte de los profesionales que llegaron con él al comité de dirección. De ahí que también se haya disparado el coste de los salarios del núcleo de ejecutivos y ejecutivas del que se ha rodeado, que ha pasado de 11 a 22 y a los que se abonó 6,13 millones la última campaña.
En cuanto a las amortizaciones, estas se recortaron un 20% interanual tras la depreciación anticipada de muchos futbolistas en 2020-2021, lo que liberaba gasto futuro a partir de este año. Finalmente, la amortización de jugadores se quedó en 113,3 millones de euros, mientras que el resto subieron a 25,8 millones. Los demás gastos de explotación se rebajaron un 5%, hasta 164,21 millones, si bien el dato está muy influenciado porque hace un año se cargaron provisiones por 90 millones y este último ejercicio subieron los gastos operativos por la reapertura de las gradas.
En cuanto al endeudamiento, Laporta logró rebajar la deuda neta en más de un 10%, pasando de 682 millones a 608 millones de euros. La razón no es otra que la fuerte entrada de dinero por la operación con Sixth Street, que permitió concluir 2021-2022 con 378,23 millones de tesorería, seis veces más que el año anterior. De hecho, la deuda bruta total sí se ha incrementado un 34% interanual, hasta 1.045,22 millones de euros.
En este importe destaca la refinanciación de 595 millones de euros coordinada por Goldman Sachs, así como la disposición de 240,78 millones de euros de financiación bancaria, entre operaciones avaladas por el ICO y pólizas de crédito.
En cuanto a la deuda con otros clubes, las cuentas recogen 84,42 millones a largo plazo y 108,43 millones que deberán pagarse ya en 2022-2023. El principal acreedor es el Manchester City, con aproximadamente 52 millones de euros por la venta de Ferran Torres, así como la Juventus, a la que aún se adeudan casi 37 millones por Miralem Pjanic, que este verano se marchó con la carta de libertad. En la lista también están Ajax (43 millones entre Frenkie de Jong y Sergiño Dest), Liverpool FC (14,7 millones por Philippe Coutinho) o el Valencia CF (9,5 millones por Norberto Neto).