El Sevilla FC va camino de confirmar su presencia en la próxima edición de la Champions League. El club realizó el pasado verano su mayor inversión en fichajes, con más de 140 millones de euros, un hito que afectó a todos sus indicadores de solvencia a las puertas de la mayor crisis de la industria del deporte. Durante el primer semestre de 2019-2020, las ganancias, la tesorería y el endeudamiento empeoraron en comparación con el mismo periodo de la temporada anterior.
La entidad hispalense, una de las más solventes del fútbol español, llegó a 31 de diciembre de 2019 con un beneficio neto de 10,23 millones de euros, muy por debajo de los 26,22 millones del mismo periodo del año anterior. Al mismo tiempo, la posición de caja se recortó un 22,5%, hasta 46,5 millones de euros, mientras que la deuda neta pasó de 40,7 millones a 100,23 millones de euros. ¿Un problema? No a ojo del consejo de administración.
El informe semestral, aprobado el 28 de mayo y al que ha accedido 2Playbook, señala que, incluso en el caso en que no se hubieran reanudado las competiciones, “no se vería comprometida la aplicación del principio de empresa en funcionamiento”. Para asegurar ese objetivo, la dirección aprobó a mediados de abril un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) para los 254 trabajdores del área deportiva y los 106 del área corporativa. Los futbolistas, según apuntó el Diario de Sevilla, renunciaban al 8,5% de su salario anual si se retomaba LaLiga Santander a puerta cerrada.
Este acuerdo es el que, entre otros motivos, justifica que el informe semestral no aventurara el impacto que tendría el Covid-19 en los estados financieros de 2019-2020, pues todo estaba supeditado a las condiciones en las que regresaran las competiciones tras el levantamiento del estado de alarma. Tampoco se podía medir el alcance exacto del impacto de las devoluciones parciales del abono por el cierre de los estadios, si bien el 94% ha decidido que se les aplique un descuento en el carné de 2020-2021, trasladando la reducción de ingresos al próximo ejercicio.
EY, auditor del Sevilla FC, ha dado por buenas las explicaciones al cierre del primer semestre, pues la “incertidumbre sobre sus consecuencias”, en referencia al Covid-19, se disiparán en el cierre definitivo de un ejercicio que ya apuntaba un resultado neto de mínimos: apenas 460.000 euros, el importe más bajo desde que el equipo volvió a la senda de la rentabilidad en 2014.
La razón no es otra que la profunda remodelación de la plantilla, en la que la llegada de nuevos jugadores se combinó con un mayor esfuerzo por retener al talento. Ello se tradujo en un aumento interanual del 15% en el gasto de salarios, hasta 63,5 millones de euros en el primer semestre. Las amortizaciones de inmovilizado, que recogen el gasto en compra de futbolistas, se dispararon un 44,2%, hasta 33,3 millones de euros.
Por el contrario, y pese a que el de 2019 fue aún un mercado de traspasos inflacionado, las plusvalías por este concepto apenas subieron un 5,6%, hasta 58,4 millones de euros. Aun así, es la partida de ingresos que más creció en la primera mitad de 2019-2020, en la que la cifra de negocio se contrajo un 4,3%, hasta 69,4 millones de euros, principalmente por los menores pagos de Uefa en este periodo.
Los ingresos por competiciones bajaron de 18 millones a 15,2 millones de euros, mientras que socios y abonados aportaron casi un millón menos, hasta 5,6 millones. los derechos de televisión, principal fuente de ingresos, mejoraron en casi medio millón, hasta 38,6 millones de euros, en línea con el área comercial, que generó 9,9 millones.
En cuanto al endeudamiento, el fuerte incremento se debe a dos factores. El primero, la ya mencionada caída de la posición de caja; el segundo, un fuerte aumento de la deuda con otros clubes. Los compromisos con equipos de fútbol pasaron de 62,8 millones a diciembre de 2018 a 112,7 millones de euros al cierre de 2019. A ello se le sumaron 27,9 millones con la banca, con un calendario de vencimientos hasta 2025. Tiempo suficiente para recomponer el negocio tras la crisis del Covid-19.