La SD Eibar no tiene intención de renunciar a la rentabilidad económica en su regreso a Segunda División, como tampoco en buscar de nuevo su plaza en LaLiga Santander. El club armero, que marcha segundo en LaLiga SmartBank, confía en cerrar 2021-2022 con un beneficio neto de 2,1 millones de euros, una caída del 50% en comparación con el curso anterior, que se saldó con unas ganancias de 4,4 millones e inversiones financieras por cerca de 47 millones de euros, según la documentación remitida a los accionistas y a la que ha accedido 2Playbook.
El cierre definitivo del último ejercicio, marcado por el descenso, es incluso algo mejor de lo que preveía su consejero delegado, Jon Ander Ulazia, que en conversación con este medio el pasado mayo apuntaba a una cifra próxima a los tres millones de euros. Entre las claves para esa revisión al alza estarían los 1,25 millones de euros en plusvalías por traspasos, que en realidad se corresponden a variables ligados al rendimiento de jugadores que fueron vendidos en otras temporadas.
Ahora bien, el cambio de categoría provocará una caída del negocio que automáticamente se trasladará a la del margen. La previsión es que los ingresos totales caigan a 29,6 millones de euros en 2021-2022, algo menos de la mitad en comparación con los 62,63 millones que manejó el último curso. Y el retroceso sería mayor de no ser por la ayuda al descenso, que en su caso supondrá en torno a 20 millones de apoyo extra en la batalla por una plaza en la élite.
Esta aportación, generada durante sus siete años en Primera División, prácticamente dobla a los recursos que generará con su propia actividad ordinaria, que se quedará en torno a los 10 millones de euros al margen de las plusvalías por traspasos que pueda obtener.
El descenso, admite el consejo de administración en la memoria anual, “ha supuesto un redimensionamiento en la estructura y cifra de negocio del club, aunque este hecho ni ninguno de otros riesgos existentes, se contemplan como riesgos de solvencia financiera por la buena situación patrimonial de la compañía”. Ahí quedan siete años consecutivos en Primera en los que fue de los clubes más rentables en términos relativos.
El club vasco cobrará 20 millones de ayuda al descenso, el doble de lo que generará con su propia actividad ordinaria
Tras un año en blanco por taquilla, el conjunto armero confía en obtener 943.000 euros entre cuotas de socios y venta de entradas en taquilla, en torno a un 20% menos que en un curso normal previo a la pandemia. El club había estabilizado una masa social de unas 5.600 personas que espera recuperar, y este año está lanzando promociones de entradas con descuento para los acompañantes de los abonados.
Los derechos audiovisuales rondarán los 7 millones de euros, mientras que el área comercial aportará 1,27 millones, un 70% menos de lo que venía obteniendo en Primera. En su caso, a la pérdida de valor de la U televisiva por la menor audiencia televisiva de Segunda, se le suma el hecho de no tener un patrocinador principal tras la rescisión anticipada de contrato de Avia a mitad de 2020-2021.
La fuerte caída de la facturación se trasladará directamente al gasto, especialmente en plantilla deportiva. Las retribuciones ligadas al primer equipo pasarán de 29,7 millones a sólo 13,9 millones de euros; a este importe hay que añadir 1,06 millones en gastos de adquisición de jugadores y amortizaciones por unos 3 millones. Es decir, que la SD Eibar está muy lejos de consumir el límite salarial de 30,1 millones que le ha autorizado LaLiga, el más alto de la categoría.
Los gastos de explotación también se reducirán a la mitad, pasando de una media de 15 millones en los dos últimos años, a una previsión de 7,26 millones de euros en 2021-2022. Por el contrario, los aprovisionamientos se recortarán un máximo del 25%, pues el consumo de material deportivo no se reduce tan drásticamente por un descenso de categoría.
Un tránsito sin problemas de caja
La prudencia contable ha sido una máxima en la gestión del Eibar, que siempre ha considerado un milagro cada temporada que se mantenía en la élite. Esa perspectiva es la que le ha permitido acumular un beneficio neto de agregado de 66 millones de euros durante las siete campañas que ha permanecido en la máxima categoría del fútbol español. De ahí que actualmente cuente con 41,88 millones de euros en fondos de inversión a largo plazo, así como pagarés a un año por 1,99 millones y tesorería disponible por 1,01 millones de euros adicionales.
Dicho de otro modo, el club presidido por Amaia Gorostiza no tiene necesidad alguna de endeudarse para completar la construcción de su primera ciudad deportiva propia. Con 20 millones de euros de presupuesto, se trata de la mayor inversión patrimonial en la historia del equipo de fútbol y finalmente se costeará con los fondos procedentes de CVC, cuyo calendario de vencimientos es mucho más flexible.
La SD Eibar recibirá 68 millones de euros, de los que 47 millones pueden ir destinados al desarrollo de infraestructuras. Ahora, en lugar de ejecutar el proyecto por fases se hará por completo sin esperar. Los plazos de la obra no varían, en torno a dos años mínimo. Cuando esté completada, la ciudad deportiva armera contará con cinco campos de fútbol y dos edificios de servicios complementarios.
También se computará a la nueva financiación la última fase de la reforma del Estadio de Ipurua, relativa a la tribuna oeste, también se pagará con los fondos de la firma de inversión, pues el proyecto LaLiga Impulso permite meter en el paquete de inversiones la deuda asociada a los trabajos realizados a partir de 2018, como adelantó 2Playbook.