Román Abramóvich da un paso al lado en la gestión del Chelsea FC días después del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania. El empresario ruso, propietario del club de la Premier League desde 2003, ha anunciado que cede a los fideicomisarios de la fundación benéfica de la entidad “la administración y el cuidado” de la organización. La presidencia seguirá estando en manos de Bruce Buck.
Este movimiento no implica que Abramóvich ceda el control accionarial del club, ya que en su escueto comunicado sólo hace referencia a que la administración de la entidad blue estará en manos de unos fideicomisarios que, en palabras del magnate ruso, “actualmente están en la mejor posición para velar por los intereses del club, los jugadores, el cuerpo técnico y la afición”. La posibilidad de que el Chelsea se viera afectado por posibles sanciones como castigo de la ofensiva militar rusa contra Ucrania han condicionado la toma de esta decisión.
“Durante mis casi 20 años como propietario del Chelsea FC, siempre he visto mi papel como custodio del club, cuyo trabajo es garantizar que tengamos el mayor éxito posible hoy, así como construir para el futuro, al mismo tiempo que jugando un papel positivo en nuestras comunidades. Siempre he tomado decisiones pensando en el mejor interés del club. Sigo comprometido con estos valores. Es por eso que hoy doy a los fideicomisarios de la fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del Chelsea FC”, ha explicado el propietario de la entidad.
Números rojos en 2020-2021
Los últimos resultados del club reflejan que la economía del Chelsea FC sufrió un agujero de 153,4 millones de libras (182,3 millones de euros) por gastar más de lo que luego pudo compensar a través del negocio ordinario. Éste creció un 7%, hasta 434,9 millones de libras (516,8 millones de euros), pero insuficiente frente al incremento del gasto en salarios y las amortizaciones, según se desprende de las cuentas de la entidad.