Roman Abramovich pone a la venta el Chelsea FC. El oligarca ha sucumbido a la presión social provocada tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, tras inicialmente anunciar que únicamente se apartaba de la gestión. “Es lo mejor para el club, los aficionados, los empleados, así como los patrocinadores y socios del club”, argumenta en un comunicado.

El multimillonario ha avanzado, eso sí, que la venta “no será acelerada, sino que seguirá el debido proceso”. La valoración del 100% del capital podría superar los 3.000 millones de euros si se atiende a distintas tasaciones de consultoras y las ventas parciales de clubes similares, como City Football Group. Esa valoración podría ser superior, ya que el aún máximo accionista ha asegurado que “no pediré que se pague ningún préstamo”, por lo que renuncia a recuperar más de 1.000 millones en préstamos que mantiene con el equipo de la Premier League.

Es más, no se quedará una sola libra de esta transacción y donará el dinero a las víctimas de la guerra en Ucrania. “Esto nunca ha sido por negocios ni por dinero para mí, sino por pura pasión por el fútbol y el club.  Además, he dado instrucciones a mi equipo para que establezca una fundación benéfica a la que se donarán todas las ganancias netas de la venta”, aclara Abramovich.

Los últimos resultados del club reflejan que la economía del Chelsea FC sufrió un agujero de 153,4 millones de libras (182,3 millones de euros) por gastar más de lo que luego pudo compensar a través del negocio ordinario. Éste creció un 7%, hasta 434,9 millones de libras (516,8 millones de euros), pero insuficiente frente al incremento del gasto en salarios y las amortizaciones, según se desprende de las cuentas de la entidad.